martes, 25 de mayo de 2010

EL RINCON DE GABOTO EN 1810 Y AÑOS POSTERIORES (con motivo del BICENTENARIO)


La historia argentina no será nunca debidamente escrita mientras todas y cada una de las provincias que componen la República no tengan la propia historia de su origen y de su desarrollo, de la tendencia de sus sociedades, de las ideas políticas de los ciudadanos que las habitaron, de sus relaciones con los pueblos hermanos y de la influencia, más ó menos decisiva, que hayan podido tener, como componentes del cuerpo nacional, en la vida de la República.


Ramón Lassaga (1896)



Los gaboteros, por su sistema de vida, por su apego al terruño, obedecían a un mandato telúrico y la autoridad del Virreynato les llegaba esporádicamente por vías de dictados administrativos. Eran argentinos, en el sentido nato de la palabra, antes del 25 de mayo de 1810. El Rincón de Gaboto contaba aproximadamente con más de 500 habitantes, el Pago de los Arroyos (Rosario) más de 900, Santa Fe 7.000 y toda la provincia alrededor de 20.000.



Los albores de 1810 y la continuidad histórica

En el lugar donde comenzó la Historia Argentina en el año 1527, los hechos de Mayo y posteriores se vivieron casi naturalmente.
Los españoles residentes en el Rincón de Gaboto (espacio geográfico ubicado al norte del río Carcarañá hasta el arroyo de Monje) al clausurarse el siglo XVIII eran muy pocos. La iniciativa para todas las actividades corrían por cuenta de los criollos y los mestizos. Las ocupaciones eran todas de naturaleza autóctona y para desempeñarlas había que estar arraigado, profundamente en la tierra. El elemento nativo se ocupaba de todo y quedaban libradas al extranjero las tareas propias del comercio y de la cultura.
Por eso, el primer grito de libertad los tomó tal cuales eran. Los mismos criollos y mestizos que tenían el manejo de la cosa pública siguieron manejándola. Y si no, véanse los funcionarios de las postas que subsisten hasta después del acta de la Independencia. Tomaron conciencia de los hechos acaecidos en la Metrópoli, y en Tucumán y siguieron incorporados al esfuerzo que como Nación ya estaban fraguando de antemano. Decididos, se adhirieron a la campaña de emancipación americana y muchos de ellos se incorporaron al paso de las columnas del General Manuel Belgrano. Quienes no participaron en las luchas armadas fueron entusiastas espectadores de esos hechos, en lo que les tocaba directamente, por estar ubicadas sus viviendas en la arteria principal (Camino Real) que conducía a los realistas de Buenos Aires al Paraguay y viceversa.

Mapa del grabador y cartógrafo español, Juan de la Cruz Cano y Olmedilla de 1775 publicado en 1799, donde se observa el Rincón de Gaboto (espacio geográfico ubicado al norte del río Carcaraña hasta el arroyo de Monje) destacándose la población Calchaquí, formada como Reducción de aborígenes que tuvo vigencia en buena parte del siglo XVIII, y que en los albores de 1800 previo a la gesta de Mayo ya se encontraba menguada y la población se aglutina en torno de las posta. Se observa también que toda la amplia zona del litoral aparece formando parte de la Pcia. o Gobierno de Buenos Aires.


Llegan noticias de Europa y de Buenos Aires


Baltasar Hidalgo de Cisneros era un marino con experiencia en el combate. Llegó como virrey del Río de la Plata con grado de almirante y cierta sordera que cargaba desde la Batalla de Trafalgar, donde estuvo en el navío Santísima Trinidad.
La Junta Suprema de Sevilla lo nombró Virrey, en 1809, en reemplazo de Santiago de Liniers. El 27 de mayo de 1808 se había elegido en Sevilla la Junta Suprema de España e Indias, que gobernaba en nombre de Fernando VII y le declaró la guerra a Napoleón Bonaparte el 17 de junio.

El Virrey Cisneros hizo conocer al Gobernador de Santa Fe noticias sobre el curso de la invasión francesa a España mencionando, para estimular su patriotismo, las acciones españolas que inmortalizaron a la ciudad de Génova. (1)

Era pequeño el pueblo de Gaboto para que esas noticias trascendieran y fueran asimiladas por los pocos españoles que lo regenteaban. Los días corrían allí plácidamente acompañando el murmullo de la corriente de sus ríos.

No se estremecieron los habitantes con la encendida proclama de la Primera Junta de Mayo “A los habitantes de Buenos Aires y de las provincias de su superior mando”, emitida el 26 de mayo de 1810 y suscrita por MANUEL BELGRANO y el doctor MARIANO MORENO. El deseo expresado en la Proclama acerca de la conservación de nuestra Religión, la observancia de las leyes vigentes, la prosperidad común y la adhesión a FERNANDO VII, no llegó en seguida a Puerto Gaboto.

En Santa Fe el aviso fue recibido por el Teniente de Gobernador PRUDENCIO MARIA GASTAÑUDUY el 5 de julio, se presume que a Rosario llegó el 14 ó 15 de junio (2). Los titulares de la posta del Río Carcarañá tendrían ya la información; pero no los documentos del acontecimiento.

La Gobernación de Santa Fe adhirió a la comunicación de la Junta e informó a ésta “que sin pérdida de instantes ha distribuido las correspondientes órdenes y formado las disposiciones convenientes para el puntual efecto de las que V.E. se ha dignado comunicarle” (3). No se aclara de qué tenor fueron las órdenes y a quiénes iban dirigidas. Estimarnos que éstas se han de haber cursado a lugares donde había muchos españoles que podían tener ideas divergentes. Puerto Gaboto era pueblo de indios y mestizos, sin relevancia política.

Particularmente el Gobernador tenía sus convicciones acerca del acatamiento por la sumisión que se debía al Príncipe (4) y en esa tendencia debían estar muchos españoles.

Llegado el momento de elegir diputado por Santa Fe a la Junta, se produjo un incidente con respecto a la presunta persona elegible, en el que participó don JUAN FRANCISCO TARRAGONA que a la postre fue electo diputado. Este quería que en la elección participaran electores así fueran de la campaña. Al comentar JUAN ALVAREZ este episodio expresa que “las gentes de Rosario, Coronda y otras LOCALIDADES no fueron oídas ni anoticiadas con tiempo de lo que iba a hacerse” (5).

En resumen, la Revolución de Mayo en Puerto Gaboto pasó casi inadvertida, fue una transición del poder político del Virrey a una Junta de Gobierno, sin implicancias en lo administrativo, pues los funcionarios nacionales, postas por ejemplo, siguieron en función hasta 1816 con acatamiento a las nuevas directivas.


El paso del General MANUEL BELGRANO

No todos los españoles aceptaban desprenderse del poder real ya sea por un espíritu de amor hacia la Madre Patria, por la sumisión que se debía al Príncipe como lo proclamó GASTAÑUDUY, por rechazo a las ideas políticas contrarias que nos venían de Francia, por intereses económicos o por otros que podrían hacer perder prebendas o canonjías. En el Paraguay los realistas contaban con numerosos adeptos. Se pensó en el General MANUEL BELGRANO como elemento capaz de llevar a feliz término una “expedición que tendría como objetivo propagar las ideas de la Revolución de Mayo y apoyar a los patriotas paraguayos para que neutralizaran o anularan la acción conspirativa de los partidarios del Rey”. (6)

Se armó la expedición cuya concentración principal debía hacerse en San Nicolás de los Arroyos. Santa Fe no esperaría que pasasen por allí las tropas de BELGRANO para incorporar sus contingentes, sino que, con anticipación, un día antes que llegara el General a San Nicolás, “el 27 de septiembre de 1810 las fuerzas de Cardoso y algunos voluntarios de los pagos de San Lorenzo y Coronda llegaron a San Nicolás» (7). ¿Por qué no del Rincón de Gaboto situado entre ambos pagos, o estarían esperando el paso de BELGRANO para incorporarse? No tenemos nóminas de reclutas o voluntarios; pero GIANELLO duda que no se haya contagiado el entusiasino de los vecinos de paso al decir “así reforzado continúa su marcha hacia Santa Fe. En el trayecto se le incorporan, aisladamente, o en pequeñas partidas, gauchos de la provincia que quieren ofrecer sus vidas a la patria”.

A su paso por Gaboto estaban a cargo de las postas don JUAN MARTIN DE ZELADA y don MANUEL ANTONIO ZABALA Y GODOY. Es muy probable que el encargado del paso del Carcarañá don MANUEL ANTONIO ZABALA Y GODOY haya ayudado a cruzar el río en el lugar, a las tropas del General, paso que se hacía en una especie de vado cuando el río no estaba muy crecido, siguiendo ciertas instrucciones. Es importante asociar la memoria de BELGRANO a la más antigua fundación del Río de la Plata, el fuerte Sancti Spiritus y vincular la idea que el creador de nuestra Bandera Nacional, tuvo en 1804 en la Secretaría de la Junta del Consulado de hacer allí el puerto terminal del proyectado canal al Paraná.


Ecos del combate de San Lorenzo.

(3 de Febrero de 1813)

No tuvo necesidad el General SAN MARTIN de llegar hasta Puerto Gaboto pues las tropas realistas desembarcaron en San Lorenzo, a pocos kilómetros del Carcarañá. El tránsito de personas, caballos y vehículos de paso de y hacia Santa Fe era nervioso. Apuntaremos sólo dos casos de ida y vuelta. De ida hacia San Lorenzo anotamos el pasaje del cirujano don MANUEL RODRIGUEZ Y SARMIENTO enviado por las autoridades santafesinas en socorro de los heridos en el combate de San Lorenzo, incluso para atender al propio General SAN MARTIN. FEDERICO CERVERA (8) expresa: «El cirujano que de Santa Fe partió en la media noche del día del combate con su carretilla (carro tirado porcaballos, más pequeño que la carreta de bueyes) era don MANUEL RODRIGUEZ Y SARMIENTO en su carácter de Cirujano de Ejército. La llegada de RODRIGUEZ al Convento de San Lorenzo debe haberse producido el día 4 de febrero a mediodía, posiblemente antes que llegara el otro médico que se hizo presente ese día para atender a los heridos». «Don MANUEL RODRIGUEZ permaneció en San Lorenzo aproximadamente una semana hasta la llegada de ARGERICH».

Buen servicio ha de haber prestado la posta del Carcarañá para el recambio de caballo o caballos y buen apuro han de haber tenido para continuar el viaje a San Lorenzo en seguida dadas las circunstancias. No digamos como una exhalación pero sí muy rápido se habrá cumplido el paso del Carcarañá. Ya de regreso, el cirujano RODRIGUEZ habrá tenido tiempo de comentaren Gaboto las noticias halagadoras del triundo de nuestro Libertador y proseguir tranquilamente el viaje en su carretilla.

El 2 de febrero de 1813 llegó a San Lorenzo en viaje de Buenos Aires a Santa Fe el inglés GUILLERMO P. ROBERTSON: se encontró con SAN MARTIN y no pudo pernoctar la noche entera. Este personaje se hizo famoso por sus memorias y debido al referido encuentro del cual él anota los pormenores. En previsión de que la suerte de las armas le fueran desfavorables SAN MARTIN ofreció a su amigo ROBERTSON un caballo, en estos términos: ”Le, daré un buen caballo y si ve que la jornada se decide contra nosotros aléjese lo más ligero posible. Usted sabe que los marinos no son de a caballo” (9). No hizo falta el ofrecimiento: el inglés partió después del combate hacia Santa Fe, conduciendo su pesado carromato rumbo al Paraguay, acompañado de un sirviente y llevando regular cantidad de mercadería, siguiendo el camino de las postas, cuyo primera, la del Río Carcarañá disfrutó del paso y de las palabras de este caballero inglés.


Los especialistas toman el pulso

a la arteria del Carcarañá.

Pocos meses después de la declaración de Mayo comenzaron a buscar la persona a la que habría de encargarse la exploración del Carcarañá. La consiguieron y pasaron el nombre a la Primera Junta, fue el Capitán don JOSE DE LA PENA. Era español y competente. La Junta le concedió una partida y con ella «compró dos barcos, de los cuales uno va deshecho para armarlo a la vuelta. Lleva nueve o diez marineros paraguayos y todo lo necesario para el viaje» (10). Con esta información nos basta para decir que PEÑA y su tripulación partió desde Las Conchas para embocar en el Carcarañá, justo en Puerto Gaboto y desde allí subir la corriente hasta alcanzar su destino. Hizo su plano topográfico hasta el Paso de Ferreyra y la memoria descriptiva, dejando así sentado el principio de la navegabilidad del río con los reparos de la falta de agua en algunos trechos según las temporadas o el exceso en tiempos de creciente.
PEÑA ha de haber estado contento por tocar con sus manos la primitiva historia de un país del que él tomaría años después carta de ciudadanía; los paraguayos, más aún, por encontrarse en un medio guaranítico, con hombres y mujeres con atributos de su tierra. Cuando se fueron, alguien o algunos desde las barrancas le habrán hecho las señales del adiós, con la esperanza de que la misión del explorador abriera la boca del Carcarañá a las más optimistas y grandiosas perspectivas.
El viaje del Capitán de la PEÑA fue un viaje empinado, aguas arriba, cuyos resultados no pudieron ser aprovechados debido a la falta de interés de los habitantes de los pagos cordobeses según lo expresa el propio DEAN FUNES, convencido de la factibilidad de su idea pues él mismo había visto y palpado el arribo a Fraile Muerto (Bell-Ville) de un barco cargado de tabaco de un empresario, que desde Corrientes quiso aprovecharse del subido precio a que corría a la sazón este deseado artículo» (11).

La experiencia del piloto JOSE DE LA PEÑA, navegante del Paraná desde Las Conchas a Puerto Gaboto, sirvió para que el Gobierno, poco después, le hiciera medir a este talentoso piloto el ancho del Paraná frente a Rosario con el fin de tomar las providencias para atajar a los buques españoles con los fuegos de una batería en la margen derecha del Paraná (12).


Importancia militar del Rincón de Gaboto (Una escaramuza).

Desde la segunda década del siglo el Rincón de Gaboto comienza a tener importancia en el orden militar habida cuenta que la Revolución de Mayo trajo como consecuencia la lucha entre patriotas y realistas e inclusive desavenencias entre los jefes militares. Para demostrar esta tendencia citaremos sólo los hechos, sin entrar en la cronología, que nos llevaría mucho tiempo, dadas las explicaciones previas generales que tendríamos necesidad de hacer. Para empezar diremos que al levantarse en Rosario las baterías Independencia y Libertad (junto a la creación y primer juramento de la Bandera Nacional por el General Manuel Belgrano el 27 de Febrero de 1812), su arsenal se trasladó a Entre Ríos, vía Santa Fe. Las 600 bombas de ese arsenal fueron llevadas en carretones hacia Santa Fe. Trabajo peligroso éste de los explosivos, en el que debía tenerse sumo cuidado. Felizmente llegaron a destino sin dificultad. Barquinazos, golpes, chispas, todo hacía peligrar el delicado cargamento que pasó indemne por el paso del Carcarañá con un poco de susto por las posibles explosiones o por la posibilidad de que la pólvora se mojase al atravesar el Carcarañá. Pero peor es esperar algo malo de parte de la mano humana cuando ésta buscaba pelea, corno ocurrió con el paso del militar TERRADA, cuya tropa estaba dispuesta acometerdesmanesporcuanto los soldados, borrachos por acostumbrarniento. eran pendencieros y no muy proctives a respetar a las mujeres.
El gobernador ESTANISLAO LOPEZ era afecto a transitar por nuestros pagos y el Carcarañá le sirvió de repliegue a sus tropas cuando debieron regresar del Rosario ante el acosamiento de BALCARCE. Otros personajes del ejército que supieron el camino del Rincón de Gaboto, DIAZ VELEZ, VIAMONTE y RAMIREZ, repercuten en nuestros oídos porque lo hemos leído en las historias. A ellos les habrá quedado el recuerdo del Carcaraflá y de su poblado.
No en balde BALCARCE en el año 1818 eligió como campamento a la boca del Carcarañá para pensar y dirigir desde allí su estrategia. Recogemos su mensaje dirigido al Directorio, que dice así:
«Por acta solemne, celebrada por los vecinos de la Capilla del Rosario a consecuencia de orden mía, quedan sometidos a mis órdenes ínterin exista al mando del Ejército dentro de esta provinciáy entretanto el gobernador de Santa Fe por medio de sus representantes reconoce y se incorpora al de las Provincias Unidas». Firmado: JUAN RAMON BALCARCE, 18 de noviembre de 1818 en el Carcarañá. (13)
Empero, a BALCARCE no le fue bien en su campaña, pese a haber ocupado Santa Fe. Salido de allí huyendo porque lo acosó LOPEZ con sus montoneras. «El 10 de diciembre de 1818 ya estaba BALCARCE y su gente de nuevo en Puerto Gaboto donde continué con sus desmanes (robo de ganado vacuno en las estancias, arreo de bueyes, ovejas, robo de carretas y depredaciones generales) y aquel informe al Directorio, redactado apenas 32 días antes pisando el territorio más antiguo de las Provincias Unidas había quedado invalidado porque ESTANISLAO LOPEZ no reconoció ni se incorporó a estas provincias como el invasor había previsto; y los vecinos del Rosario que firmaron el apoyo a la política porteña “a consecuencia de orden mía” tampoco lo aplaudieron a su regreso y sufrieron civilmente el escarmiento de ver humear sus casas, sus ranchos y sus chozas, consumidos por las teas indiscriminadas que lanzaron las manos ofuscadas de los perdidosos sobre los techos pajizos.
Nos detenemos un poco en BALCARCE pues su presencia en el Carcarañá dio lugar a una escaramuza.
Fue en ocasión del repliegue de la gente de LOPEZ y el avance de BALCARCE. Las tropas de LOPEZ tomaron posiciones en la margen norte del río -el General estaba a la sazón en Fraile Muerto (Bell Ville) combatiendo a BUSTOS- mientras que las de BALCARCE en la orilla sur.
Banda a banda se comprometió un fuerte escopeteo y la lucha se inclinó en favor de las tropas de Buenos Aires. La columna de LOPEZ, agazapada en las barrancas del Carcarañá, no pudo amedrentar con su aspecto a sus antagonistas. Los gauchos vestidos de chiripá colorado y botas de potro, sus cascos cabeza de burro con las orejas enhiestas, sus lanzas, sables, carabinas y boleadoras y el sombrero con plumas de avestruz; y los indios con cuernos, chuzas emplumadas y trompetas, ofrecerían un aspecto acorde con el entomo indígena del lugar. No pudieron resistir y los porteños pasaron al lado norte para acampar en Puerto Gaboto.
Un mes antes BALCARCE había mandado al Coronel SAENZ comandando una división de 500 hombres hasta el Rincón de Grondona, enfrente al de Gaboto; pero desde allí éste se corrió por la margen sur del Carcarañá rumbo a Fraile Muerto para auxiliar a BUSTOS y pasó de largo. Testigo de su recorrida las barrancas del río y sus curiosos habitantes gaboteros.
LOPEZ, que estaba en Fraile Muerto, vino de regreso y tuvo conocimiento de la invasión a la altura del Carrizal (Puerto Gaboto). BALCARCE se alarmó y para no ser tomado por la retaguardia se dispuso repasar el Carcarañá. Al comprobar que LOPEZ regresaba a Santa Fe decidió el 20 de noviembre a las 2 de la mañana atravesar de nuevo el Carcarañá con todo su ejército para perseguir a los santafesinos.
Lo demás es historia de la guerra del litoral (1817 - 1819) magistralmente descripta por BARTOLOME MITRE en su «Historia del General Belgrano» (14).

Basado en textos del

historiador Amadeo P. Soler.

N
OTAS

(1) SANTILLAN, ABAD DE. «Historia Argentina». Buenos Aires, 1961, pág. 403.
(2) DEMARCO Y ENSINCK. «Historia de Rosario», Rosario, 1978, pág. 48.
(3) GIANELLO, LEONCIO. «Historia de Santa Fe», Lanús, 1978.
(4) ALVAREZ, JUAN. «Historia de Rosario», Rosario, 198 1, pág. 176.
(5) DEMARCO Y ENSINCK. Obra citada, pág. 42.
(6) SANTILLAN, ABAD DE. Obra citada, pág. 440.
(7) GIANELLO, LEONCIO. Obra citada, pág. 182.
(8) CERVERA, FEDERICO G. «Historia de la Medicina en Santa Fe», Santa Fe, 1974, pág. 183.
(9) CASTRO ESTEVEZ, RAMON. «San Martín y la histórica posta de San Lorenzo» en Revista de Correos y Telégrafos N25, Buenos Aires, 15/9/939.
(10) ALTAMIRA, LUIS ROBERTO. «El Deán Funes y el Río Tercero» Córdoba, 1949, pág. 35.
(11) DEAN FUNES. «Navegación del Río Tercero» en «El Argos» de Buenos Aires, N 64 del 918/1823.
(12) DEMARCO Y ENSINCK. Obra citada, pág. 45.
(13) ALVAREZ, JUAN. Obra citada, pág. 253.
(14) MITRE, BARTOLOME. «Historia del General Belgrano», Buenos Aires, 1950, pág. 530 y siguientes.





Thomas Falkner (1702 – 1784)

Fue un sacerdote jesuita, uno de los primeros etnólogos que actuó en lo que luego sería la Argentina, donde permaneció casi cuarenta años. Sirvió como misionero, realizó numerosas exploraciones y acopió gran cantidad de información sobre los indígenas, la fauna, la flora y los accidentes naturales del territorio. Estudió medicina en la Universidad de San Andrés de Edimburgo. Allí, Falkner fue alumno del prestigioso anatomista Richard Mead, y de Isaac Newton.

En el año 1752 llegó a la Estancia San Miguel (actual pueblo Andino, Santa Fe) para hacerse cargo de ella el padre TOMAS FALKNER, convivió en el Carcarañá hasta el año 1756. Su gente, formada por indios, mestizos, negros, mulatos y zambos, realizaban una labor muy especial ya sea en el casco como en los puestos, y debido a la ocupación especial y principal de la ganadería, los puesteros, reseros y peones configuraban un heterogéneo conjunto de criollos, gauchos, mestizos e indios, con gran movilidad, de modo que el estar en Andino, sus puestos o Puerto Gaboto era de poco tiempo y desplazamiento, generándose una vida social muy vinculante.

FALKNER era un gran amante a la paleontología y su destino le dio la oportunidad de vivir en el paraíso de los fósiles: el río Carcaraná. En 1774, a los 72 años, dio a conocer su obra Descripción de la Patagonia y de las partes contiguas de la América del Sur, de carácter etnográfico, que escribió en gran medida basado en su memoria. En ella incluye el mapa Patagonia, Chile y Río de la Plata. En este fragmento se observa con precisión la ubicación de la Estancia San Miguel y de Gaboto a la orilla del río Carcarañá.



Mapa de las Provincias Unidas de La Plata, Banda Oriental y Chile, de 1834 de John Arrowsmith. En el Rincón de Gaboto, sobre el Camino Real se observan los nombres de Calchaquí o Carcarañá (posta del Carcarañá) y aún 300 años después algunos continuaban llamando a la población de la boca del Carcarañá como Fuerte Sancti Espiritu.



Mapa de Martin de Moussy (1869)

Martin de Moussy (1810 - 1869) fue un naturalista francés que fue convocado por el presidente general Justo José de Urquiza de Argentina dirigiéndose a Paraná en 1854 como geógrafo en una expedición de exploración del territorio de Argentina. Los resultados de Moussy, fueron esperados por Urquiza, presentando así el gran potencial económico de la Argentina a Europa.

Moussy pasó cinco años en la expedición, que viajó más de 20.000 km, cubrió Paraguay, Misiones, Chaco, el norte de la Patagonia, las montañas de los Andes, la mayor parte de de Chile, y del sur de Bolivia, y exploró los ríos Uruguay y Paraná. Durante ese tiempo Moussy acumuló observaciones innumerables respecto a la Historia natural, Geología, Geografía, Meteorología, además de centenares de cálculos astronómicos y de datos etnográficos. El resultado de sus investigaciones fue la Description Geographique et Statistique de la Confederation Argentina (1860-1864) con su atlas importante (1869) de los mapas físicos y políticos a doble página y de los planes de todas las provincias y territorio argentino.

En este extraordinario mapa de las provincias de Santa Fe y Entre Ríos (fragmento) se observan en el Rincón de Gaboto demarcadas dos postas sobre el Camino Real, una ubicada hacia el sur sería la Posta o Paso de Carcarañá y hacia el norte la Guardia de Carcarañá, más cercana al pueblo. Se observan también referencias de batallas ocurridas en el teritorio santafesino con el dato de las fechas de las mismas: en cercanías de San Lorenzo el Combate de San Lorenzo (1813) y la Batalla de Punta Quebracho (1845), al sur La Batalla de Pavón (1861) y las Batallas de Cepeda (1820 y 1859, sobre el limite con la provincia de Buenos Aires).




La provincia de Santa Fe hacia la Autonomía

El 10 de febrero de 1811 se crearon las juntas provinciales, instalada por Manuel Ruiz en Santa Fe el 23 de julio de 1811, Estuvo constituida por: José Ignacio Echagüe y Francisco Alsogaray. El 14 de febrero de 1812 asumió como teniente de gobernador el teniente coronel Juan Antonio Pereira, quien por oden del Primer Triunvirato disolvió la junta provincial.
El 5 de diciembre de 1812 asumió como teniente de gobernador el coronel Antonio Luis Beruti.
El 27 de febrero de 1812 Belgrano estableció las baterías Libertad e Independencia a orillas del río Paraná, en Rosario e hizo jurar ese día por primera vez la bandera nacional a sus soldados.
El 3 de febrero de 1813 en las costas del Convento de San Lorenzo, el general José de San Martín libró su único combate en territorio argentino, que casi le cuesta la vida. En junio de 1813 se hizo cargo de la tenencia de gobierno Luciano Montes de Oca hasta febrero de 1814, cuando le siguió brevemente el coronel Ignacio Álvarez Thomas y el 9 de mayo Eustaquio Díaz Vélez. El 20 de marzo de 1815 las fuerzas artiguistas comandadas por Manuel Francisco Artigas, Eusebio Hereñú y la flotilla fluvial de Luis Lanché desembarcaron en Santa Fe; tres días después, Díaz Vélez abandonó la ciudad.
El 2 de abril — mientras el gobierno central de Carlos María de Alvear caía por la rebelión de Álvarez Thomas (a la sazón al mando de un ejército enviado hacia Santa Fe para combatir a José Gervasio Artigas) — el jefe de la milicia local, Francisco Candioti, se hizo cargo pacíficamente del gobierno por nombramiento del cabildo, iniciando así la era de Santa Fe como provincia autónoma. El 26 de abril de 1815, la elección de Candioti fue ratificada por una elección popular. Esta etapa fue corta, ya que Candioti estaba enfermo y el 25 de junio lo suplantó interinamente Pedro Tomás de Larrechea, falleciendo Candioti el 27 de agosto.
Durante el interinato de Larrechea llegó desde Buenos Aires a Santa Fe al frente de un Ejército de Observación de 3.000 hombres el general Juan José Viamonte, quien influyó para que el 2 de septiembre de 1815 el Cabildo santafesino restableciera la dependencia del gobierno de Buenos Aires, nombrando a Francisco Tarragona como teniente de gobernador.
Sin embargo, luego de la sublevación de Añapiré del 2 de marzo de 1816, los caudillos Mariano Vera y Estanislao López pusieron sitio a la ciudad, capitulando Viamonte el 21 de marzo. Depusieron al teniente de gobernador y proclamaron la soberanía de la provincia y su ingreso a la Liga de los Pueblos Libres, de Artigas. El 9 de abril de 1816 fue firmado el Pacto de Santo Tomé, entre las fuerzas artiguistas y el general Eustoquio Díaz Vélez. El 10 de mayo de 1816, Vera fue elegido gobernador y designó a López como comandante de armas.

El 28 de mayo de 1816 se firmó un tratado entre representantes de Buenos Aires y de Santa Fe por el que se acordó que Buenos Aires reconocería la autonomía de Santa Fe, fijando el límite entre ambas en el arroyo del Medio:
Artículo 1°. Se reconocerá por Buenos Aires, libre e independiente a la provincia de Santa Fe, hasta el resultado de la Constitución que debe dar el Soberano Congreso. Su territorio queda demarcado en el Arroyo del Medio: le serán dependientes los fuertes de la Esquina y Melincué, y el de Mercedes si se justifica haver sido de esta jurisdiccion (...)

Tras derrotar sin lucha una revolución en su contra, Vera presentó la renuncia a su cargo el 14 de junio de 1818. Tras varios días de indefinición, López asumió como gobernador el 1 de julio de 1818, siendo ratificado como gobernador el 8 de julio de 1819.
En 1818, López dictó una constitución provincial de carácter fuertemente conservador, luego de rechazar un proyecto propuesto por una asamblea provincial. Durante las luchas civiles de 1820, las tropas santafesinas fueron decisivas en la derrota del ejército porteño centralista. Así, con el tiempo, López fue convirtiéndose en el Patriarca de la Federación, estableciéndose como referente del partido Federal hasta su muerte en 1838.

Fuente: Wikipedia.