domingo, 9 de junio de 2013

AMADEO SOLER. Precursor de la Historiografía Gabotera.

Cuando hablamos de "precursor o pionero" de la historiografía gabotera sin lugar a dudas estamos hablando de AMADEO PELAYO SOLER. Este historiador gabotero fue el primero que sintió la necesidad de contar nuestro pasado, y que respondió a ese llamado casi religioso-vocacional con una voluntad inquebrantable de lucha por el reconocimiento nacional e internacional de éste terruño tan querido: Puerto Gaboto. Así se llamó su primer libro al cual orgullosamente agregó "La historia Argentina comienza en 1527". Su nombre de batalla no fue otro que "el Gabotero", con su pluma y su profunda convicción salió en una CRUZADA que no puede ni debe ser olvidada por nosotros. Hoy a varios años de su muerte, la lucha por la reivindicación histórica no puede abandonarse, esa debe ser la tarea de TODO GABOTERO y en esa senda nos encuentra a todos aquellos que formamos parte del Centro de Estudios Históricos Puerto Gaboto.

No es homenaje lo que hacemos con Amadeo P. Soler sino un RECONOCIMIENTO a su lucha, a su vocación histórica, a su sentido de pertenencia gabotera (que a pesar de haberse ido del pueblo muy joven nunca abandonó y menos aún renegó), a su entereza frente a las adversidades burocráticas, políticas y culturales que no entendieron a un hombre que vivió su tiempo con una mentalidad e ideas de futuro. Por todo esto muchas gracias AMADEO, el honor es para ud. y tenga la plena tranquilidad que mientras haya un gabotero de ley nuestra historia no se perderá...







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A través de estas palabras queremos recordar a Amadeo P. Soler, quien dedicó buena parte de su vida a estudiar, buscar información en archivos en nuestro país y otros países, recopilar datos de los más variados medios (antes de Internet), y vincularse con reconocidos historiadores como Enrique de Gandia, Vladimir Mikielievich y otros. Los frutos de su apasionada labor quedaron plasmados en la publicación de más de diez libros dedicados a la historia de la cuna de nuestra Argentina y la región. Vale decir que sus libros son de edición y esfuerzo particular.
Uniendo el afán didáctico y un documentado rigor histórico, Amadeo P. Soler trató de difundir el valor cultural y turístico de su olvidado solar natal. Así, dio vida al proyecto del arquitecto Oscar E. Mongsfeld, (continuado luego por los arquitectos Maisonnave padre e hijo) de construir un monumento representativo del Fuerte Sancti Spiritus. Proyecto que recibió el apoyo e impulso de la gente del lugar, consulados e instituciones intermedias. Pero también, el desinterés de varios entes gubernamentales. El proyecto finalmente se concretó en una fase inicial. De ese modo, pudo cumplir con su función didáctica para despertar en las nuevas generaciones el interés por el conocimiento de nuestros orígenes y por nuestra historia en general, invitándolos a profundizar en ella y formar así su propia visión.
La mayoría de los argentinos y, aunque parezca increíble, también los santafesinos, desconocen la historia de Puerto Gaboto, origen de nuestra patria. Muchas personas que se acercan por el atractivo de su pesca, de su maravillosa belleza natural, oasis de sosiego, se sorprenden al conocer el incuestionable valor histórico del lugar.
Años y años sin ningúna mención en los planes de estudio oficiales. Salvo contadas excepciones, como el libro de Historia Argentina de Alfredo B. Grosso, alguna publicación actual, o el aporte individual de maestras informadas, contribuyeron y contribuyen a zanjar tan injusto olvido.
El tema del descubrimiento y conquista de América lleva en sí un contenido de histórica y permanente polémica. Ocurre siempre cuando las diferentes posturas, estudios y opiniones contienen partes de verdad. También es importante diferenciar las distintas corrientes descubridoras/conquistadoras del continente. Sin vueltas, el escritor Juan José Saer expresa: .Pedro de Mendoza no era para nada un navegante, como Solís o Gaboto, ni un aventurero, como Pizarro o Cortés, era un cortesano adinerado, su expedición era lo que hoy llamaríamos una empresa privada..
En el caso de las expediciones descubridoras de Sudamérica, la de Juan Díaz de Solís de 1516, llegó a penetrar por el .Mar Dulce. (actual Río de la Plata), pero fue muerto en las costas uruguayas por los aborígenes charrúas. Luego, en 1520, Fernando de Magallanes encontró el paso que une los dos grande mares de la época: Mar del Norte y Mar del Sur (hoy océanos Atlántico y Pacífico, respectivamente).
En cuanto a la expedición de Sebastián Gaboto, que llegó a nuestra región en 1527, hay que tener presente que su destino, según capitulaciones, eran las .tierras de la Especiería., las Molucas (Oriente), siguiendo el camino de Magallanes. Es decir, no tenía una misión de conquista de la región. Anoticiado Gaboto, por sobrevivientes de expediciones anteriores que encontró en las costas de Brasil, de la existencia de una región rica en metales preciosos, especialmente plata (argentum), cambió el rumbo de la expedición y se internó en el Río de la Plata, y luego en el magnífico Paraná (voz guaraní que significa, río como mar o río pariente del mar).
En sus libros, Amadeo P. Soler dedicó una especial atención a los aborígenes de la región, a sus costumbres y vivencias, describiendo a los caciques de las diferentes tribus. Conocer más profundamente la historia de nuestros antepasados, de quienes transitaron por nuestro suelo y surcaron nuestros ríos, es una manera de homenaje, ante las innumerables injusticias que padecieron a través de los siglos.
Quizás, como reconocimiento, Puerto Gaboto sea un buen lugar de reunión de las distintas comunidades aborígenes de nuestro país, sumando también a los centros tradicionalistas criollos, gauchos y de inmigrantes de todas las nacionalidades que a través de los siglos conformaron y conforman el ser argentino. Quizás, una buena fecha sea el 9 de junio de 2027, cuando nuestra amada Argentina cumpla quinientos años.



F. R. Soler y flia.

Presentación del libro "PUERTO GABOTO, La Historia Argentina comienza en 1527", en el club Sebastián Gaboto, junto a Reinaldo Gómez, presidente del mismo y Onelia Ricci, (abajo a la izq.) esposa de Amadeo Soler. (Junio de 1980)

Junto al gran poeta ROQUE NOSETTO, quien realizó la presentación del libro. (Junio de 1980)

Dicen por ahí, por propia confesión del autor, que en su juventud, al escribir estos romances lo hizo para dar salida a un fuego irreprimible, casi volcánico que le impulsaba a hacer conocer los hechos más salientes de su suelo legendario, viendo que a nadie le importaba el asunto.




ROMANCE A LA LEYENDA DE MI PUEBLO NATAL

Ha más de cuatro siglos que Gaboto
hoyó el misterio de salvajes tierras
enclavando en el Fuerte Sancti Spíritus
el nombre de la España y su bandera,
y en ese mismo sitio vió la vida
mi corazón con pretensión de poeta
que hoy cantando recuerda a sus lugares
con la emoción más honda de sus cuerdas
satisfecho y feliz de haber latido
donde murió una heroína de leyenda.

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Se estremeció la flora impenetrable
y se durmieron las undosas aguas
presintiendo el arribo de la Diosa
que en la vetusta y sigilosa barca,
envuelta por perfumes de tragedia
al punto terminal se aproximaba.
¡Es mujer o visión, la que en la borda
languidece al infierno de las salvas!
iEs mujer o visión la que se atreve
a lacerar el alma de la atlántida,
y a desafiar la selva majestuosa
que en las límpidas aguas se retrata!


Es mujer, sí; allá está esbelta,
apoyada en la borda de la barca,
aumentando el conjuro del paisaje
con la luz sin igual de su mirada.
Absorto la contempla el aborigen
que acecha temeroso entre las plantas,
brotando el regocijo por sus fibras
al contemplar la navegante casa
que se detiene balanceante y muda
en la fluvial y agreste encrucijada.
Y héte aquí a Mangore, acariciando
las rústicas aristas de su lanza,

pide al Gran Sol le otorgue la bravura
del jaguar que madruga en la maraña.
para llegar al fuerte de los blancos
y captarse el cariño de la Hispana.
Y Siripo... ¡Qué piensa! ¡Por qué vela
junto a la pira, próximo a las aguasl
Les ruega en oración a las estrellas:
“Denme vigor y fuerza porque quiero
romper la resistente empalizada,
y oponiendo mis brazos a rivales
llegar hasta los predios de mi amada”
Cumplieron las estrellas. Una noche
que ausente del espacio se encontraban,
volcaron los Timbúes sus astucias
en millares de flechas incendiarias.


Y allá, dentro del fuerte;
celoso del amor de la Miranda,
Siripo a Mangoré deja tendido
en cobarde traición premeditada.
No adelanta el Caín en sus empeños:
el valor y el orgullo de la Hispana
contrarrestan los ímpetus salvajes
del cacique infeliz que la reclama.
Ya no canta el zorzal en la ribera
ni están serenas las salvajes aguas
pues la surcan en todas direcciones
cantidad infinitas de piraguas.

Hay festejos de sangre en la espesura:
Siripo a condenado a la Miranda,
por no corresponder sus pretenciones
a morir consumidas por las llamas.
Y al elevarse al cielo la humareda
junto al funesto trepitar de ramas,
se ilumina la selva murmurante
con el vivo color de la escarlata.

Desde esa noche, según un lugareño
las flores del Ceibal ya no son blancas.






Entregando libros a alumnos de la escuela en el club Sebastián Gaboto. (Junio de 1983)




Acto del CENTENARIO DE LA ESCUELA FISCAL 292 de Puerto Gaboto. (Noviembre de 1986)


Inauguración de la cerca y reja de protección de la CRUZ DE LOS NAVEGANTES. (Setiembre de 1990)