viernes, 22 de abril de 2011

HISTORIA URBANA DE PUERTO GABOTO


Congreso de Historia Urbana del
Pago de los Arroyos (3 y 4 dicíembre 1983)

HISTORIA URBANA DE PUERTO GABOTO

Por Amadeo P. Soler


CENTROS DE ESTUDIOS
URBANOS DEL ROSARIO
ROSARIO (Santa Fe)

El presente trabajo
ha sido aprobado por el
Congreso de Historia Urbana
Rosario, 3 de diciembre de 1983

Dra. Marta Frutos de Prieto
Secretaria

Arq. Oscar E. Mongsfeld
Presidente


1. INSERCION DE PUERTO GABOTO (1) EN EL PAGO DE LOS ARROYOS

Antes de entrar en materia conviene hacerse esta pregunta: ¿Pertenece Puerto Gaboto al Pago de los Arroyos? Sabemos que la localidad se ha desarrollado en el ámbito comprendido entre el arroyo de Monje y los ríos Coronda y Carcarañá, cuyo encerramiento es conocido por Rincón de Gaboto. El Carcarañá es el límite del Pago de los Arroyos. En la ribera sur del Carcarañá comienza hacia el norte el motivo del estudio de la historia urbana que nos ocupa. Empero, río por medio, la población siempre tendió a mirar hacia el sur y se la tiene, con la fundación del fuerte Sancti Spíritus, como inicio de la pampa de estos pagos. (2). Algunos autores consideran a la ciudad de Rosario una prolongación de aquel enclave (3). Nosotros hemos hecho mención en algunos trabajos de que no deben confundirse históricamente esos orígenes. El Pago de los Arroyos vino siglos después (4). Pero deseamos aclarar que a los efectos geoeconómícos y geopolíticos, Puerto Gaboto estuvo toda la vida integrado al Pago de los Arroyos. El desplazamiento del Coronda, facilitando la navegación hacia el sur, la de los núcleos de pobladores que se orientaron en la misma dirección, no obstante el constante tira y afloja de Santa Fe que ha acaparado su circunscripción administrativa y actualmente también la postal, el vadeo histórico del río Carcarañá desde los tiempos en que los indios destruyeron el fuerte de Sancti Spíritus y el sentimiento colectivo creado por una estrecha vinculación familiar si se quiere, con la gente, la industria, el comercio y la cultura de la urbe rosarina, su gran Rosario, y la ciudad de San Lorenzo, hacen desaparecer imaginariamente el cauce de la vía fluvial que lo separa e implanta a la población en el ángulo mismo de arranque de la región que estudiamos, erigiendo al lugar en el más importante jalón histórico del Pago de los Arroyos.


2. ORIGEN DEL NUCLEO POBLADO

2. 1. Población y Fuerte de Sancti Spíritus. El origen del núcelo Poblado está dado por la fundación del pueblo de Sancti Spíritus por Sebastián Gaboto el 9 de junio de 1527. Meses después se construyó el fuerte adyacente (5). Este centro, próximo a caseríos indígenas timbúes existentes en aquella fecha, si bien sufrió prematura destrucción ha sido la base para contínuos y sucesivos asentamientos de ranchos que subsistieron permanentemente como pueblo de indios o de cristianos, según lo tenemos visto en el capítulo XIV titulado “La Vigencia permanente de la población de Puerto Gaboto”, del libro “Los 823 días del Fuerte Sancti Spíritus” (6).

2. 2. Primer Trazado del Pueblo Sancti Spíritus. Al descender los españoles a tierra lo primero que hicieron fue construir veinte ranchos de paja para albergar a determinados miembros de la expedición. Esta construcción no fue arbitraria, sino que siguió un planearniento preconcebido, pues en ese momento se hicieron repartimientos de tierra. No quedaron constancias de esas adjudicaciones, pero se sabe a través de la palabra escrita que dicha distribución comportaba la asignación de quintas y cortijos, razón por la cual se presume fundadamente que el reparto ha de haber sido equitativo y por parcelas idénticas o similares. Según lo que tenemos leído los ranchos no estaban juntos, por lo que se colige que cada uno tenía su terreno, que pudo haber sido por lo menos de una superficie de media hectárea. La ocupación, total del poblado pudo llegar, en consecuencia, a unas diez hectáreas. Con el antecedente que en la expedición viajaban cartógrafos, seguramente se habrá hecho un plano del pueblo, ignorándose si para el acceso a los ranchos se trazaron calles o senderos.

a) Anarquía posterior de los ranchos. En los sucesivos poblamientos indígenas o cristianos, no obstante que las designaciones de Fuerte Sancti Spíritus, Torre de Gaboto, Nuestra Señora de la Buena Esperanza y Puerto San Luis de Córdoba pueden ser nominales, la boca del Carcarañá tuvo sus pobladores, pues de ellos se sirvieron para muchos menesteres los conquistadores que allí llegaron, verbigracia, para obtener comida, como Pedro de Mendoza. Sabemos que Buena Esperanza no estuvo en el lugar preciso, pues se creó en un estero; pero no desconocemos que al abandonarse ese puerto muchos de los pobladores se establecieron en la costa firme. Al llegar los franciscanos a “Gaboto”, ”Reducción de los Toldos”, “Nuestra Señora de Calchaquí”, “Calchaquí” y los jesuitas con sus reducciones, aparecen núcleos poblacionales bien definidos que se afirman posteriormente en el “Paso del Carcarañá”, “Paso de los Toldos”, ”Posta Río Carcarañá”, “Rincón de Gaboto”, “Puerto Perez” y “Puerto Gómez”. La anarquía de la ranchada, sin planes previos de urbanización, hace que ésta se encuentre diseminada sin orden de ubicación, sin linderos, con senderos laberínticos: pero eso sí, bien orientada, fresca en verano y tibia en invierno.

b) Declaración de pueblo en 1891. Al llegar a la denominación de “Puerto Gómez” el poblado ya tenía consistencia por haberse comenzado con anterioridad a elaborar viviendas de ladrillos. El decreto del Superior Gobierno de Santa Fe del 30 de noviembre de 1891, promovido por Lisandro Paganini, uno de los dueños de tierras del lugar, viene a arreglar el desorden urbano reinante, mediante la aprobación de un plano del trazado. Aparentemente, la conformación urbana de “Puerto Gómez” ya existía -de hecho según puede verse en el plano agregado (anexo 1) y la urbanización en cuadrículas comprendía 70 manzanas. Incluídas las dos de la plaza 25 de Mayo. Pasado un tiempo los planificadores retocaron el dibujo y agregaron 26 manzanas y la zona de quintas. Puede observarse en el plano el orden de la numeración. Por otra parte adviértase que por las características del gráfico no trata este decreto la fundación de un pueblo sino que el pueblo hace rato estaba “fundado” y contaba ya, según se señala, con el ramal del ex F.C.S.F de Maciel a Gaboto, el muelle de cabotaje que pasa a llamarse Puerto Gómez y la instalación de los saladeros.



2. 3. Evolución de la Urbanización. La pujanza de las actividades que se desarrollaban en ese entonces continuaron la evolución de los progresos logrados y tornaron a dar una característica especial al pueblo, fijando zonas bien definidas. La zona portuaria con su gran playa de maniobras ferroviarias aparece en lo que se llama alameda hasta la altura de la calle Magallanes. Detrás del embarcadero que se señala en el plano eleborado por la Comuna, que también se agrega, (anexo 2), continúa el secular caserío de ranchos diseminados en los terrenos fiscales de la Alameda e invadiendo las cuadrículas adyacentes; formación que, por constituir un conglomerado especial, se le denominó barrio indiano.



a) El Terraplén. En la depresión del terreno sin barrancas bien definidas, que abarca tres cuadras, desde la Calle Zamora a Santa Teresa, el ferrocarril construyó un robusto terraplén para que sobre él, manteniendo el nivel del resto de las barrancas, circularon los trenes que iban de la estación al puerto y viceversa. El desagüe y el pasaje hacia la playa estaba facilitando por alcantarillas. Desde el terraplén hasta el río era zona jurisdiccional de la Suprefectura Marítima.

b) La Estación Ferroviaria. Simultáneamente con la declaración de pueblo, la compañía francesa de ferrocarriles construyó su estación en el año 1890, dotada de servicio telegráfico, y acaso con la idea de que el poblado podría extenderse hacia el noroeste, lo hizo fuera del radio urbano, lo que le dió un carácter casi exclusivo de estación de cargas.

c) La Iglesia. La feligresía católica se mostró activa y quiso acompañar esos progresos con la erección de su templo. Se designó patrona a Nuestra Señora del Luján y fue su primer cura párroco el presbítero Asencio Díaz. Ubicada en la esquina de Bustinza y Castellanos exhibe un curioso frente con fuertes columnas, rematados por un frontispicio triangular de vago estilo neociásico. (7). (Obra del arquitecto italiano Egidio Giavedoni, padre franciscano)



d) La Plaza. La plaza, a la que primitivamente se le destinaban dos manzanas, se arboló y proyectó como tal sólo en una manzana, la Nº 43 (sin número). La mayoría de los árboles eran especies importadas.
Generalmente la iglesia y la plaza suelen ser puntos de referencia para situar a su alrededor la edificación más caracterizada; pero en nuestro caso no se dieron esas circunstancias. El gran número de manzanas y la extensión del radio Urbano permitieron una selección de ubicaciones y la preferencia se volcó hacia otras arterias donde las personas pudientes de aquel entonces acompañaron la evolución con la construcción de verdaderas mansiones que merecerán capítulo aparte en este trabajo.


3. REFERENCIAS HISTORICAS DEL ENTORNO DEL CENTRO URBANO CON RELA CION A SU DESARROLLO

Si tomamos como entorno las localidades más próximas, podemos decir que se cumplió un proceso a la inversa. Las referencias históricas de Puerto Gaboto, harto conocidas por ser de repercusión nacional e internacional influyeron aunque con poca fuerza en el desarrollo de los centros aledaños que, de por sí, no pudieron brindar a su vez a Puerto Gaboto, ninguna historicidad favorable, pues ninguno la tuvo, refiriéndonos a Oliveros, Maciel, Monje. De ese modo, si las propias referencias históricas no sirvieron para desarrollar a los poblados vecinos, tampoco fueron suficientes y útiles para impulsar al propio. El magro desarrollo local vino en forma genuina, entregado a mano por la naturaleza. Si alguna vez llegó alguien atraído por la mención del lugar, fué aprovechado por vecinos más hábiles como el caso de un molino harinero que traía intenciones de instalarse cerca del río y se desplazó hacia Maciel. Mientras se opera la instalación de grandes saladeros, se intensifican las tareas portuarias, se explota la riqueza ictícola, se hace de la caza de animales y pájaros una actividad gananciosa y depredadora, se comercia la herboristería a nivel industrial y se busca algo en la explotación agropecuaria. Las referencias históricas no cuentan. La gente se olvida del pasado para dedicarse a un presente y a un futuro profícuo.
Tal es lo ocurrido en Puerto Gaboto. Pero cuando todas estas posibilidades se agotan y sólo sirven para no morirse de hambre, entonces aparece la relación de la historia en el desarrollo y en esa tendencia estimamos que ha de orientarse la política económica del pueblo en el futuro. En los últimos años han aparecido quienes quieren usar de esta idea para crear fuentes de trabajo y consumo y se han habilitado restaurantes de comidas típicas del “mejor pescado del mundo” a decir de Sebastián Reyna, tripulante de Sebastián Gaboto. Se ha instalado un camping para atraer el miniturismo. Quienes quieren soslayar la influencia histórica del fuerte de Sancti Spíritus dicen que la gente va porque le gusta comer pescado abundante y barato o porque se sienten atraídas por el paisaje agreste de las costas y las islas. Sin embargo no es así. Nos consta que la mayoría de la gente va porque ha sentido hablar de Sebastián Gaboto, de la tragedia de Lucía Miranda y de los caciques Mangoré y Siripo, y desean respirar ese ambiente de historia.
Según nuestra opinión el verdadero desarrollo de Puerto Gaboto vendrá cuando reconstruyamos el glorioso fuerte de Sancti Spíritus y el turismo sea numeroso, obedeciendo a un impulso patriótico y didáctico. Vendrán los grandes contingentes que desean venerar a sus antepasados y las caravanas de escolares y estudiantes a conocer el orígen de la patria. Habremos construído además de un altar histórico, un emporio que dará validez a esas referencias y servirá además para revitalizar el entorno.

3. 1. Propiedad de la Tierra – Distintas Etapas. Más de cuatro siglos de existencia hacen pensar que la tierra pudo haber cambiado de dueño por decenas de generaciones. No fué así pues a los pobladores del lugar, generalmente indios, no les atraía ni conocían en qué consistía el derecho de propiedad. Bastaba con sentirse dueño de la tierra un el sentido de que ésta era intocable por intrusos. Tenían la posesión de la misma por el hecho de que sobre ella vivían, la cultivaban y eran recolectores de sus frutos naturales. Lo que defendían no era el dominio sino la permanencia. Podemos citar las distintas etapas en que aparecen derechos reales dentro del perímetro del Rincón.

a) Pueblo y Fuerte de Sancti Spíritus. Hemos visto al hablar del primer trazado, que Sebastián Gaboto hizo repartirniento de tierras, lógicamente el territorio fue ocupado en nombre del Reino de España. pero los usufructuarios de la conquista fueron quienes vinieron a hacerla. Lamentablemente, con la quemazón del fuerte desaparecieron esos testimonios que, siguiendo las reglas vigentes, habría extendido el primer escribano del Río de la Plata don Martín Ibañez de Urquiza. Sin poder precisar nombres, se sobreentiende que estas adjudicaciones se hicieron por orden de preferencia empezando por los armadores que pusieron dinero en la expedición, siguiendo por gentilhombres y capitanes, continuando por las personas de cierta profesionalidad y por aquellos que participaban económicamente en la Armada con parte o con la totalidad de sus sueldos. Después del desastre, ninguno reclamó en España sus derechos de propiedad.

b) Puerto San Luis de Córdoba. Hasta la llegada de Jerónimo Luis Cabrera ningún título fue adjudicado. España se sentía dueña del territorio y ninguna potencia estorbó esta posesión. Existen antecedentes que en el período de ocupación de la zona por Cabrera y por su lugarteniente Lorenzo de Figueroa se adjudicaron algunas leguas de campo dentro del Rincón. Es sintomático que en algunas escrituras pasadas en el año 1789 todavía figuren nombres como los de Juan de Cabrera y de Tiburcio Cabrera en una extensión de campo comprada o recibida por otro título por don Manuel Antonio Zabala (8). Se presume que estos fueron beneficiarios por herencia del conquistador que bajó del Alto Perú.

c) Jurisdicción de Santa Fe. Al dictaminar los tribunales de Indias en el pleito sostenido entre Jerónimo Luis de Cabrera y Juan de Garay dándole a este último jurisdicción hasta 25 leguas al sur de Santa Fe. Seguramente se habrán otorgado algunas mercedes en esos territorios, sin poderse precisar si la totalidad de los inmuebles adjudicados por Cabrera fueron modificados. Empero en gran parte del Rincón de Gaboto prevaleció un latifundio a nombre de Domingo Ríos, cuyo nombre figura precisamente en la documentación emitida por el ayuntamiento de Santa Fe.

d) Epoca del Virreynato. Al organizarse el Virreynato del Río de la Plata se hizo una reestructuración de muchas posesiones: pero nosotros estimamos que en el Rincón de Gaboto, por ser un territorio largamente ocupado de antes, paso obligado a la carrera del Paraguay, no se produjeron muchas modificaciones. A título anecdótico citaremos una referencia que nos facilitó la educadora Arnalia Aldao, quien ejerció la docencia en Puerto Gaboto durante 25 años y se ocupó de seguir el rastro de algunas genealogías. Según su decir don Manuel Antonio Zabala, que fue encargado de la posta Río Carcarañá en el año 1787 recibió por merced real algunas tierras en Puerto Gaboto, debido al gran sacrificio que hizo al venir observando los campos que cruzara a traviesa desde San Nicolás hasta el ex Fuerte de Sancti Spíritus, por encargo oficial, y por el hecho de que hizo el recorrido a caballo, rezando constantemente por la ventura personal del monarca. Tomamos el dato a solo título informativo.

e) Propietarios de Mediados y Fines del Siglo XIX. Tarea ímproba sería averiguar si los nombres que figuran en la nomenclatura de calles de Puerto Gaboto, atribuídos a los primeros colonizadores de la zona, fueron descendientes o no de los primitivos adjudicatarios de las tierras. De algunos sabemos que fueron simples compradores como Zamora, de la Torre, Paganini, por aparecer en historias recientes: pero hay otros como Castellanos, Gómez, Pérez, Novaro y Bustinza que nos sugieren otras antigüedades. La tarea de bucear en las anotaciones registradas, escapa a nuestras posibilidades investigativas por su minuciosidad que requeriría quizás algunos años. Si de acuerdo a los indicios hubiere alguna posibilidad de descubrir que esos títulos provienen de los orígenes de los primeros pobladores, el esfuerzo estaría compensado: por ahora nos conformaremos con la mención de una decena de propietarios. Sobresalen entre ellos, por la superficie que dominaban, los señores Matías y Reynaldo Gómez cuyo apellido sirvió para designar extraoficiahnente a la localidad como Pueblo Gómez. Estos propietarios enajenaron de a poco sus tierras que pasaron a ser propiedad principalmente del señor Lisandro de la Torre (padre) y del señor Bustinza. Hay una calle denominada Hurtado. Si se tratase del esposo de Lucía Miranda es sugestiva su inserción pues antes que él debería haber figurado la heroína. Si se refiriese a algún propietario de tierras, valdría la pena investigar de quién se trata.

4. ESTRUCTURA DEMOGRAFICA

Dentro del concierto de las localidades santafesinas estimamos a Puerto Gaboto como uno de los lugares donde el elemento autóctono se ha mantenido incontaminadamente firme durante mucho tiempo. Sea por una orgullosa tradición o porque el fenómeno demográfico no permitió la penetración masiva del elemento europeo, lo cierto es que la estructura étnica de la localidad, da una prevalencia al elemento nativo, cuyo proceso podernos desarrollar del siguiente modo:

a) Base Indígena. Desde antes de la llegada de Sebastián Gaboto, el lugar fue preferido por las tribus comarcanas como asiento de sus caseríos. El invasor español venido con Gaboto no consiguió modificar esa estructura, pues los mancebos dispuestos a la unión con las indias no alcanzaban en número a representar un porcentaje apreciable frente a las numerosas doncellas indígenas. La reproducción no alteró la conformación genética de los recién nacidos, pues sabemos que la diferenciación se produce, según una ley antropológica recién después de la quinta generación.

b) Mestizaje. En ese momento comienza el proceso de mestización. Como los españoles fueron expulsados y ninguno logró radicarse -a excepción de algunos muchachos y otros perdidos- la presencia blanca no resulta visible. Como hemos visto en la historia antigua del poblado, vinieron oleadas sucesivas de cristianos que no alcanzaron a radicarse por mucho tiempo, pero que sin embargo dejaron su semilla al cruzarse con las mujeres indias. Este elemento mestizo, al cabo de los años, si bien en poco número, se va superponiendo al indio de pura cepa, al punto que ya vemos en tiempos de Francisco de Mendoza (1546) la existencia de caciques que hablan español. El mestizo, si bien tiene la apariencia de sus madres y de sus padres en segunda o tercera selección cuenta con un desarrollo mental superior a sus antepasados y resulta un personaje útil para asimilar todas las ensefianzas que le van introduciendo con la civilización. Aparece así el arquetipo nuevo que vendrá a significar para Puerto Gaboto el honor de haber sido la cuna de la raza argentina.

e) Criollos. Se formará luego una mezcla de indios, mestizos e hijos de padres europeos nacidos aquí. Los siglos transcurridos le dan tiempo para formarse. No advienen europeos de piel lechosa y de ojos azules. Los que llegan de afuera son casi todos españoles de tez ya oscura como los del Sur de España o de rostros curtidos, de otras regiones, castigados por el sol subtropical de América y ajados por la inclemencia y la vida dura. En Puerto Gaboto no suenan los apellidos anglo sajones. Son todos Rodríguez, Femández, Gómez, Hernández, Domínguez, y otros. Son producto de la tierra, que aparecen como “el negro” Mena (9) o como “don Piedrita”: (10) hombres curtidos que resumen la característica de lo nacional y vernáculo que nosotros distinguimos como el hombre gaucho.

4. 1. Proceso Inmigratorio. En un trabajo dedicado a Jerónirno Romero (11) asignándole el título de primer inmigrante en el Río de la Plata designación que coincide con el criterio de un miembro principal de la Comisión Nacional de Estudios de la Inmigración en América, dejarnos sentada la importancia de este hecho. Con tan buen auspicio Puerto Gaboto debería haber sido una puerta de entrada a la inmigración. Sin embargo las cosas ocurrieron en forma distinta y la afluencia de inmigrantes, de entrada y en siglos posteriores, no fue muy sensible; diríamos que fue insignificante. No hubo radicación extranjera y la que se puede contar con los dedos de la mano es de origen italiano, contados vascos y pocos vascos franceses. Excepcionalmente algunos españoles de otras provincias.

4. 2. Migraciones Internas. Es en las migraciones internas donde debemos poner el acento. Estas migraciones vienen de lejos, a saber en el tiempo de la conquista, en el virreynato y en el período independiente.

a) Tiempos de la Conquista. Estudiando la historia de Sebastián Gaboto, del adelantado Pedro de Mendoza, de Cabrera y de Garay, nos encontramos con que, a la llegada del primero hay afincamiento de tribus sedentarias como la de los timbúes y caracaraes, y un ir y venir de gente de otras tribus como minuanes, corondás y guaraníes. Estos últimos, cuya característica principal fue la movilidad, nómadas por excelencia en estas regiones, originaron un intenso movimiento migratorio, hostilizando a las formaciones comarcanas y produciendo una verdadera invasión guaranítica. La despoblación del país de ejemplares de raza blanca dejaba amplia libertad al desplazamiento de los naturales.

b) Epoca del Virreynato. Con la organización del Virreynato comienza el sometimiento zonal de los aborígenes y estas migraciones se producen en forma compulsiva mediante la formación de reducciones o de manera más suave al constituirse las misiones de las ordenes religiosas; franciscana primero y jesuítica después. Llegan al Rincón de Gaboto los lules mansos, los mocoretaes, los chanaes y los calchaquíes, que se establecen allí mismo o en las inmedaciones como los mocoretaes en el Rincón de Grondona, río Carcarañá de por medio, o en el arroyo de Monje, como los chanaes que primitivamente dan su nombre al arroyo.

c) Período Independiente. Al desaparecer el Virreynato, ya son numerosos los cristianos que pueblan las costas del Coronda y del Paraná y comienza un lento desplazamiento de los grupos hacia los lugares que le ofrecen mayores ventajas. La influencia española no en su totalidad llega a Puerto Gaboto por una importación directa, sino que los súbditos de la madre patria siguen corrientes migratorias internas y comienzan a establecerse en forma definitiva en el poblado. Como consecuencia de una actividad portuaria al principio incipiente y luego ampliada a un cierto grado de importancia, llegan hasta las costas del Coronda y del Carcaraflá muchos trabajadores paraguayos, correntinos y entrerrianos que acentúan la característica indígena de los pobladores. Estas corrientes fluctúan de acuerdo al movimiento portuario y producen una especie de flujo y reflujo temporario, en el que Puerto Gaboto sale ganancioso pues es mayor el número de los que se quedan que los que regresan. Terminada la década del 30 (1942 a 1957) viene un ligero repunte migratorio con los arrozales; pero cesada esta actividad hay una competencia entre la alta natalidad y la elevada tasa de emigración.
Los grupos aferrados a la tierra son inamovibles y ni siquiera se producen entre ellos desplazamientos fuera de la localidad, al punto que se pueden encontrar personas que en su vida o por años no visitaron Rosario, especiabnente las más ancianas. Debido a la inexistencia de actividades dinárnicas, la población joven busca su válvula de escape y a temprana edad emigra a los centros poblados cercanos a la ciudad de Rosario especialmente, para desempeñar tareas no calificadas.

En los últimos años esta situación se va compensando pues la migración interna, residuo de un miniturismo constante, produce la radicación en la localidad de numerosas personas que construyen sus casas fin de semana o de recreo, y el contacto con la gente que viene de afuera da ánimos a los lugareños para un tránsito más frecuente a otros lugares. Empero, para consolidar un equilibrio migratorio aceptable debe venir el estímulo de la radicación de algunas industrias, de la reimplantación y revitalización de las antiguas instalaciones portuarias, del cumplimiento de algún proyecto militar de creación de una escuela náutica para mantener la conciencia naval de la zona y de la reconstrucción del secular fuerte Sancti Spíritus que puede impulsar la industria gastronómiea y hotelera del pueblo, con la recepción de grandes contingentes turísticos durante todo el año, tanto en verano como en invierno.


5. OBRAS Y SERVICIOS PUBLICOS

En este rubro prevaleció desde hace siglos el signo del atraso. Los servicios públicos estrictamente hablando aparecen en fechas recientes como así también algunas obras públicas. Más vale son servicios y obras de utilidad pública. Las obras y servicios se presentan paraleleamente a la urbanización y -como ésta recién aparece oficialmente en 1891- hasta esa fecha podemos citar muy poco. Trataremos de hacer un rápido resumen acerca de:

5. 1. Sus Orígenes y Desenvolvimiento. Pero para ello entraremos de nuevo en las tres etapas en que venirnos clasificando este trabajo.

a) Tiempos de la Conquista.

1) Provisión de agua
. Fundamentahnente, para la subsistencia de tareas de riego de las sementeras, es necesario contar con uno de los elementos primordiales: el agua. Este elemento existía en abundancia y podía tomarse sin dificultad de los ríos existentes, el Carcarañá y el Coronda. Estimamos que primitivamente no se presentaban problemas de contaminación o polución y aparentemente el agua que se bebía era la extraída de los ríos, según lo declaran los propios conquistadores al hablar del tema de la salud. Sin embargo, por razones de comodidad y para determinadas horas, los habitantes se han de haber servido de pozos de agua. En este siglo, la napa freática se encuentra a pocos metros de la superficie y la segunda entre los 10 y 14 metros. Por ausencia de problemas de contaminación, no han de haber llegado los primeros pobladores a esa profundidad y descontarnos que si no hubo un pozo en cada parcela por lo menos habrán habido varios pozos comunes. Dentro del fuerte, es axiomático que por lo menos existió una perforación para surtirse en caso de sitios o bloqueos prolongados por parte de los indios. Dada la facilidad que daban los “pozos de balde” no se tiene conocimiento que se haya tratado de profundizar la búsqueda para hacer pozos artesianos.

2) Chasquis Indígenas. Este tema a lo hemos tratado con cierta profundidad en otros trabajos (12) y existen constancia del uso de ese medio de comunicación para la transmisión de las noticias.

3) Mensajerías y Caminos. Todo el tránsito se hacía por vía fluvial a excepción de algunas excursiones tierra adentro buscando los ricos territorios anunciados, a saber, como las primeras tareas de prospectiva realizadas en los alrededores y más allá por Francisco César. Por la costa del Paraná había caminos o senderos indígenas para el acercamiento entre tribu y tribu, lo que está abonado por el episodio de aquellos tripulantes de Sebastián Gaboto y de Diego García de Moguer que venían en canoa y a pie desde San Salvador y fueron asesinados por los indios antes de llegar a Sancti Spíritus. En resumen, no podemos hablar de caminos.

b) Epoca del Virreynato.

1) Caminos. Ya en esta época situaremos el esfuerzo hispano por abrirse paso a la vera de los ríos, desde Buenos Aires a Asunción y Potosí. Abiertas las picadas en la selva y expedito un camino llano, en este caso, empezaron a transitar por esta vía, primeramente las recuas de mulas para carga y pasajeros y luego las carretas, vetustos vehículos tirados por bueyes. Puerto Gaboto fue paso obligado de este tránsito que le dio notoriedad como punto de referencia pues más tarde, para ir camino a las sierras y a la cordillera y llegar a Chile débía llegarse a Puerto Gaboto y luego seguir al oeste la ruta del Carcarañá como lo hizo, ya en 1583 la expedición de Alonso de Sotomayor.

2) Puentes.
Para atravesar el río Carcarañá era menester el uso de puentes, en especial cuando se utilizaron las carretas. En un gráfico aparecido en nuestro libro Puerto Gaboto (13) se señala el lugar probable de construcción de uno de ellos cuyo material estaba constituído por troncos, e instalado aprovechando el lugar más próximo a la boca del Carcarañá donde la distancia entre barranca y barranca fuera más estrecha. Acerca del Arroyo de Monje se utilizaron sus vados y también puentes precarios.

3) Postas. Se remontan al año 1749 o antes, pues ya en 1756 oficialmente funciona el “Correo a Misiones” cuyos chasquis iban de Buenos Aires a San Borja en Río Grande del Sur (14) con recambio en Puerto Gaboto. Por allí pasó el Gobernador de Buenos Aires don Pedro de Cevallos cuando hizo su expedición a las misiones para poner en práctica el tratado de límites con Portugal. (Olvidamos de incluirlo en nuestros “Los Gloriosos Huéspedes). En 1774 se crean las postas “Carcarañá” y “Río Carcarañá” (15) con lo cual los vecinos pueden disfrutar de un servicio de Correos y podemos decir con énfasis que desde tan antigua fecha la presencia de la administración postal estuvo en Puerto Gaboto.

c) Período Independiente. (Con este nombre queremos distinguir el tiempo corrido desde 1810 hacia adelante). La transmisión del virreynato al período independiente, es imperceptible en Puerto Gaboto y los primeros 50 años del siglo XIX transcurren dentro de la administración heredada en lo que hace a las obras y servicios.

1) Muelle de Cabotaje. El despertar se presenta casi a fines del mismo, aunque algunos servicios fluviales como el muelle de cabotaje se presenta con la habilitación del Puerto Gómez que se utiliza para tareas de cabotaje primero, como el Muelle Navarro después y el “Nacional” a continuación.

2) Ferrocarril. El despertar se inicia con la expectativa ferroviaria cuya llegada a Puerto Gaboto se opera según algunos en 1880 (16), otros en 1881 (17) y otros que hacen figurar la inauguración en 1882 (18). Ello trae un rápido crecimiento urbano.

3) Correos y Telégrafos. Casi simultáneamente llega el Correo que se instala en 1882 en los Saladeros y con él se inicia un servicio de mensajería entre Maciel y Gaboto para el transporte de la correspondencia. El primer jefe de oficina fue el señor Celestino Fernández. Dependió de la Sección o Distrito de Santa Fe hasta 1923 (19). La oficina mixta tenía mucha importancia pues aparte de prestar todos los servicios internos e internacionales era telegráficamente oficina de pruebas y alimentadora, produciendo energía eléctrica propia mediante una respetable instalación de baterías “Leclanché” que funcionaba en una espaciosa sala aparte. Además era dependencia de depósito de materiales para la construcción y reparación de líneas telegráficas. Contaba con un servicio de canoa que era usado por los guarda hilos para cruzar el río Carcarañá pues la línea principal se desplazaba cerca de la costa del Paraná y del Coronda. Posteriormente esta línea fue levantada para trasladarla a la ruta 11.

4) Aduana. Para el correcto control y percepción de derechos fluviales y marítimos en 1883 se instala la oficina de Resguardo Aduanero.

5) Servicio Público de Alumbrado. A principios de siglo se comenzó a iluminar las calles con lámparas a carburo, artefactos cilíndricos con un pico de bronce en forma de horqueta. Luego este sistema fue reemplazado por el kerosene con faroles de hojalata emplomada con tubo de vidrio, de estilo colonial.
Esta iluminación abarcó un período de 15 o 20 años hasta que fue eliminado y la población quedó a oscuras. Recién en el año 1930 se reimplanta el servicio con la inauguración de una usina eléctrica que funcionaba de 18.30 a 24 horas. Su propietario fue un catalán de apellido Pintó. El servicio eléctrico era también domiciliario.

6) Teléfonos. Son de fecha reciente. La cabina pública se habilitó el 23 de agosto de 1973 y el servicio de telediscado el -2 de abril de 1980.

7) Riego de las Calles. Es de atención comunal y se practica mediante la extracción de agua de la 2a. napa. Se usan para la dispersión, camiones cisternas, con la construcción del camino pavimentado que une a Maciel con Puerto Gaboto, en 1965 se comenzaron a completar los servicios comunales en forma orgánica existiendo a la fecha los de alumbrado, barrido, limpieza, zanjeo, abovedamiento y recolección de residuos. 8) Servicios de la Salud. En el año 1932 se instala un hospital provincial con capacidad para la internación de pocos enfermos. Con la decadencia de las actividades locales después del incendio y desmantelarniento del puerto, y posteriomente de los arrozales, el hospital se redujo a la condición de una estación sanitaria.


6. ACTIVIDADES ECONOMICAS DEL NUCLEO Y EL EJIDO

Hablar de las actividades económicas de Puerto Gaboto es simplemente hacer un detalle de la potencialidad y la riqueza de una naturaleza pródiga en entregas fáciles para el consumo y la comercialización, que nunca fueron explotadas en escala industrial. Contó sólo la mano del hombre que se aprovechó de ella con las instalaciones más precarias posibles. El Núcleo, de muy pocas manzanas, concentró una actividad transitoria de acuerdo con los altibajos de las distintas explotaciones. El Ejido, si entendemos por él la extensión territorial hasta sus límites administrativos, contuvo un saladero y un activo puerto; lo demás se desarrolló más allá del río Coronda, en las pródigas islas de la jurisdicción y en el mismo río que, generosamente, entregó sus productos. La actividad mercantil propiamente dicha tiene sus primeros indicios ya en el año 1856 con la instalación de un pequeño negocio de almacén y despacho de bebidas de propiedad de don Ciriaco Acosta en el lugar donde se halla actualmente el Resguardo Marítimo. Existen antecedentes positivos de que idéntica actividad se realizó en la posta de Zabala, alejada del pueblo hacia el lado de Monje ya en el año 1780. Sin embargo las antiguas misiones y reducciones debieron tener también sus proveedurías en la boca del Carcarañá. El negocio de Acosta surtía de provisiones también a los isleños, pero no poseía el monopolio, sino que muchas personas, ya sea de paso o individualmente comercializaban muchos productos en especial- con aquellos que se dedicaban a la caza de animales provistos de cueros muy negociables. Con un negocio similar se instaló poco después don Eleuterio Bustamante.

Ese tráfico de cueros tipo canadiense, promovido por franceses y vascos franceses que se empezaron a afincar en el lugar como Juan Larrategui, Bautista Labat, Gabriel Lecumberry, Domingo Aguilera, Juan Aguilera, Juan Andueza, Fernando Guistambide, Juan Arregui y otros que borró el paso del tiempo, tuvo como consecuencia la atracción de otras personas con mayor vena empresaria como don Miguel Zamora que establece la primera industria saladeril en el año 1880 a cuya sombra se cobijan numerosas nuevas familias y pequeñas actividades. Los saladeros movilizan la riqueza pecuaria de la zona, mientras que la cerealera es acopiada por una fuerte casa cerealista propiedad de -don Santiago Chiappe. Ordenando la exposición diremos lo siguiente:

a) Núcleo. La actividad económica se concentró en el comercio por mayor y por menor. El principal mayorista es Santiago Chiappe y lo siguen en importancia algunos pocos como Juan Larrategui. La venta al detalle se concentra en los conocidos almacenes y boliches de campaña; las carnicerías son regenteadas por criollos, algunos de origen europeo; las panaderías mecánicas vienen tardíamente pues la provisión de pan, galletas y tortas era de origen doméstico, ya que casi todos los ranchos tenían sus hornos de pan al lado mismo. El hospedaje de viajeros se hacía en locales conocidos como fondas, aunque existió también un empresario que dió a su local el pomposo nombre de hotel. Las tiendas y mercerías eran privilegio de árabes, conocidos en el pueblo generalmente por “turcos”. Las industrias en el núcleo eran inexistentes.
Podría computarse una actividad muy pobre, alguna manufactura de sillas y sillones.
Lo financiero se daba en pequeñas cantidades usando de los servicios de Caja de Ahorros, creada en 1915 y de giros postales. Las transferencias de dinero y depósitos a las grandes ciudades se hacía mediante las muy conocidas letras de cambio, predecesoras de los cheques bancarios. La instalación de un Banco, el BIR y su posterior compra del local por el Banco Coinag es historia reciente.

b) Ejido. Es en el ejido donde se desarrolla la actividad portuaria e industrial. Hemos mencionado ya a los saladeros y daremos cabida también en este ámbito a una grasería (elaboración de aceite de pescado) que se habilitó en la margen del río Carcarañá entre las calles Pérez y Castellanos, en los años 1932/1936, de propiedad de una firma de Rosario, Weills Hnos. S. A. Pero lo que tuvo un gran desarrollo, en relación con la capacidad e infraestructura urbana fue el puerto. Una descripción del mismo ha sido realizada en el libro “Puerto Gaboto” (pág. 110) y nos exime de extendernos demasiado en este sintético trabajo.

La exportación de cereales comenzó en forma abundante y permanente en 1915, pero ya antes, con la llegada del ferrocarril se hicieron embarques del mismo modo que por el muelle de cabotaje se expedían numerosos frutos del país. En el año 1905 con motivo de la gran creciente y estando inoperable el puerto de Santa Fe, se largaban por el río Coronda grandes jangadas de troncos procedentes del Paraguay y Gaboto actuaba como puerto de embarque. Y no sólo por agua venían los rollizos de quebracho sino que el ferrocarril Santa Fe también los traía desde Malabrigo y otras partes del norte santafesino. Por un período breve desde 1942 a 1957 se instala la Arrocera Gaboto que ocupa una considerable superficie en la parte norte de la localidad.
Su meteórico paso fue una ilusión. Dió trabajo a decenas de personas y lamentablemente debió ser liquidada debido a dificultades en su explotación.

e) Islas y Ríos. Son de jurisdicción de Puerto Gaboto numerosas islas. Pertenecen a su distrito las islas “Del Campito”, “De Zabala”, “El Palao Chico”, “Los Arroyos”, “El Ternero”, “El Ballaco”, “E] Uajay”, “La Orqueta”, “Los Pájaras”, “El Sapo”, “Los Cuacos”, y el “Zambo”. La actividad económica que allí se desarrolló fue muy intensa. Las islas eran invadidas durante todo el año por numerosas embarcaciones que iban a cumplir allí distintos menesteres. Unos iban a recoger las apreciadas conchillas para la fabricación de botones de nácar, en las lagunas donde proliferaban estas valvas y lo hacían a nivel industrial; otros iban en busca de madera para leña y de otro tipo, por ejemplo, de la de sauce, que se remitía a la Capital Federal y a otros centros para la fabricación de zuecos y sillas.
Se practicaba una economía recolectora, como la de cortar paja para hacer esteras, ranchos y quinchos, como la de recoger hierbas medicinales que crecen en las tierras firmes isleñas o en los anegadizos, tales como la achicoria (raíz) artemisa, carqueja, chañar y ceibo (cáscara), cepa y cola de caballo, cola de zorro, chamico, dulcarnara, malva silvestre, malvisco, marrubio, mastuerzo, ortiga, paico, palo azul, pasionaria, pezuña de vaca, taxi, yerba de la golondrina, yerba meona, zarzaparrilla, etc., etc. Esta multitud de hierbas medicinales eran procesadas en el lugar (actualmente existen varias herboristerías) y enviada en su mayoría a la Capital Federal. Hay constancia de que en el año 1936 se hizo una gran remesa de raíz de gramilla procedente de las islas gaboteras a los EE.UU. Es increíble la cantidad de actividades que las islas originaron y actualmente todavía originan, algunas muy rentables como la caza de nutrias, de carpinchos, de lobos de río; la pesca en los riachos y canales, la apicultura salvaje o de colmenas que permite gran acopio de miel y de cera; la caza de aves comestibles como los patos, garzas, carús, gallinetas, y bandurrias y la captura de pájaros y de pajaritos de todas las especies litoraleñas.
Se dice que Gaboto es un pueblo de pobres; pero no es así. Ninguno sufre del flagelo del hambre y cada uno siempre tiene algunos pesos en el bolsillo para darse sus gustos y no andar pidiendo, gracias a la madre naturaleza. Otro de los grandes recursos islaños es el pastaje de vacunos y en los albores de la industria local las pesquerías (graserías) que extraía el aceite de los sábalos y bogas fue muy activa desde 1900 a 1915, es decir hasta la primera guerra mundial. El aceite o grasa de pescado se utilizaba para la fabricación de jabón y se destinaba una parte para la exportación. Algunos de los vascos franceses que hemos mencionado eran los propietarios de las pesquerías y una de las últimas ubicada (antes de 1936) en la isla Zabala sobre el arroyo Pantanoso fue de propiedad del señor Felipe R. Zabala, suministrador de algunos datos históricos para este trabajo.

6. 1. Su Incidencia en la Economía Regional y/o Nacional. Las actividades económicas descriptas tuvieron notable influencia sobre la vida urbana, zonal y nacional. La prosperidad de los primeros establecimientos y el auge de las actividades portuarias trajeron como consecuencia una estimulante euforia en los habitantes pudientes quienes construyeron suntuosas viviendas, mientras que otros, más modestos, edificaron sus hogares de mampostería y un gran sector de la población, acaso de menos recursos o aferrados a una tradición que les decía que el único modo de vivir era ése, se cobijaron en sus ranchos de paja y de terrón, formando un conglomerado típico y pintoresco. En cierto modo se mejoraron las costumbres; pero como éstas muchas veces no dependen del estado económico, sino de una condición educativa, cultural y ética que no pudo desarrollarse, este mejoramiento fue relativo porque no pudo apoyarse ni sostenerse. Hubo que esperar algún tiempo para que esta mejoría se hiciera patente en ciertos cambios sociales y tecnológicos: La vida urbana se transformó en algunos aspectos con la aparición de ciertas novedades como la importación de automóviles por nuestro puerto. En la década del diez, el señor Luis Chiappe introducía el primer automóvil Mercedes Benz y en 1919 Don Belisario Zabala trajo el primer Ford que tenía en todo el frente del radiador una lámina de bronce y desarrollaba una velocidad de crucero de 30 Km. por hora. La prosperidad económica trajo también una gran mejoría en la indumentaria aunque en los estratos semi indígenas todavía se advertía la tendencia de andar descalzos o en alpargatas y con prendas de neto corte gauchesco (bombachas. pañuelo al cuello. chambergo o gorra). Esta relación no incluye la forma de vestir ni el mejoramiento nivelador de las últimas décadas. Las actividades económicas nacidas en Puerto Gaboto obraron en forma estimulante en localidades vecinas, especialmente sobre Maciel quien absorbió parte de este movimiento por estar situada sobre un camino troncal. También repercutió en forma nacional y por ende internacional debido al gran movimiento de su puerto como exportador de frutos del país y de cereales.


7. TRANPOSTES Y COMUNICACIONES

Hemos desarrollado en parte este rubro al comentar la implantación de los servicios públicos en las distintas etapas transcurridas desde la llegada de Sebastián Gaboto hasta nuestros días. Específicamente, daremos nuevos detalles sobre el particular. Empecemos con los:

a) Transportes. Las palabras caminos y transporte son indisolubles. Unos de nuestros próceres dijo que “los ríos son caminos que andan”.

Rutas de tierra y rutas fluviales tuvimos en Puerto Gaboto desde un principio. La navegación fue la primerísima y los originales medios de transportes fluviales del país fueron, hechos en el astillero de Sancti Spíritus. Ahí está como recuerdo el bergantín “San Telmo” y algunas barcas que bajaron o remontaron el Paraná. En el período indígena en tierra había senderos. No conocían la rueda.

1) Caminos. A la lejanía de Sebastián Gaboto y Pedro de Mendoza recién se alcanzan a divisar los vehículos de tracción sanguínea y por ende la apertura de caminos para ser transitados.
Hemos tocado ya las recuas y las carretas; luego vendrán las diligencias y las calesas que seguían el camino a Asunción y por márgenes del Carcarañá hasta los Andes.

2) Ferrocarril. El ferrocarril llegó a fines del siglo XIX en un ramal de trocha angosta de apenas ocho kilómetros y se nos fue despiadadamente en noviembre de 1956.
Por el camino de hierro corrieron las potentes locomotoras a vapor que arrastraban largas y serpenteantes hileras de vagones. El 8 de noviembre de 1951 la modernización llegó con un coche motor para el transporte de pasajeros. La creación de Stephenson duró sólo 83 años.

3) Fluviales. Los transportes fluviales fueron representados por jangadas, balsas, canoas y lanchas y se asomaron también al puerto grandes transatlánticos. Con la muerte del puerto murieron también los principales medios de transporte fluvial y no hay servicios regulares de ellos. En los tiempos de oro, hasta la inventiva se puso en movimiento, para implantar una línea de hidrodeslizadores entre Rosario y Santa Fe, vía Puerto Gaboto. Fué una quimera (20).

7. 1. Influencia sobre la Vida Urbana.

a) Transportes. Los transportes, mientras fueron directos por el camino verdaderamente real (del Rey), que fue el camino de las carretas, cumplieron la misión civilizadora que tuvieron reservadas las grandes rutas. En ese tiempo, Puerto Gaboto pudo ser emporio y no un nudo de postas pero faltó el complemento portuario y el de la industrialización que en aquel período no se vislumbraba. Justo en el momento en que iba a nacer la dinámica comercial y agropecuaria, el ferrocarril, distante 8 Km anuló el viejo camino para construir otro paralelo a él. Razones habrán tenido para alejarlo de la costa del río; pero según los comentarios estas razones fueron sinrazones (21). La influencia de los transportes terrestres estuvo ausente en la vida urbana. La mensajería era el atraso en los días de lluvia y cuando llegó el ferrocarril su estación estaba tan distante del núcleo poblado que sólo servía para problematizar al vecino con una sensación de preocupación y fastidio: había que elegir el día que corría y también esperar que no lloviese para llegar al pueblo. Eran más los que iban que los que venían. En una estadística de los años 1927, 1928 y 1929 viajaban el triple de pasajeros desde Gaboto a Maciel que los que llegaban (22). Esos pocos medios públicos, de conducción de pasajeros, bienes y mercaderías excluyendo los medios privados como sulkys, carros y breques, daban un impulso muy pequeño a las transacciones y a la cultura. Los diarios y revistas llegaban con la mensajería; pero lamentablemente, según las estadísticas, los pobladores eran poco afectos a la lectura. Estadísticas de la década del 40 da un 41 % de analfabetismo en los jefes de familia (23). Calcúlese lo que pudo ser antes.
Cuando se habilitó el camino pavimentado se pensó que la gente que había emigrado volvería por la facilidad de desplazamiento; pero no fue así. Alguien con gran sentido o influenciado por la tristeza, dijo que el camino se hizo “para que la gente se siga yendo” (24). El ramal ferroviario y el camino apendicular de Maciel a Gaboto asesinaron insensiblemente el desarrollo, el comercio y la cultura de una población que lo tenía todo. Fué el apéndice de la dependencia antinatural y creada.
Maciel y Puerto Gaboto (ubicados ambos a orillas del río) pudieron ser un solo pueblo multiplicado por veinte; en realidad, se hizo un verdadero desperdicio. Los transportes decididamente positivos fueron los fluviales. Si el pueblo alcanzó en algún momento notoriedad nacional e internacional fue debido al acercamiento de los buques de carga que iban y venían sin cesar. La fiebre duró escasamente dos décadas. Justo en el tiempo que nosotros la conocimos. Quedó en nuestras retinas una visión feérica que hace insoportable la realidad sobreviniente.

b) Comunicaciones. Las comunicaciones incidieron también en la vida urbana. Dieron confianza a quienes venían a establecerse, pues éstos, tuvieron un respaldo en el telégrafo y se sintieron protegidos con los hilos de la comunicación que los pondrían en contacto en seguida con sus familiares, con sus asuntos comerciales, con sus apremios financieros, etc. El telégrafo nacional contaba con un servicio permanente y el del ferrocarril, si bien era limitado, podía servirle de complemento. En el período de levantamiento de sus líneas, las urgencias quedaron desamparadas. Gracias que el teléfono vino después para suplirlo. Las comunicaciones postales fueron amplias en su momento. La correspondencia llegaba y salía ágilmente. La facilidad del intercambio de mensajes promueve las actividades económicas y sociales. La radio ayudó en su momento a influir en la vida di los vecinos, pues los gaboteros tuvieron oportunidad de ser oyentes, casi permanentes, desde los albores de la radiotelefonía (véase el capítulo de la transmisión de la pelea Firpo Dempsey y de la fundación de un Club Social Radio en el libro “Puerto Gaboto” (25). Más aún, supieron lo que es una estación de radiotelegrafía y de radioaficionado.


8. LA SOCIEDAD URBANA

Desparramada en una planta urbana demasiado esparcida, los componentes de esta sociedad forman un conjunto muy característico que se diferencia notablemente de la composicion de la de otras localidades, aunque sean cercanas. A medida que el tiempo va pasando hay una tendencia de hacerse homogénea; pero perdura en el substractum de su formacion aquellas condiciones y hábitos que hicieron de los gaboteros un tipo pueblero muy especial. Desde antiguo existieron varios estratos en la población, que configuraron acaso distintos espectáculos; pero no obstante ello existió siempre un admirable equilibrio y una unidad social monolítica. Las sucesivas migraciones existentes en todo tiempo en mayor grado fueron dejando en el lugar a los más viejos o a los demasiado jóvenes. Estadísticas del año 1960 dan un índice de masculinidad superior al normal, acaso porque las actividades económicas que se desarrolla, caza y pesca, son esencialmente viriles. Las mujeres, comprimidas por un cerco sin posibilidades de trabajo ni de progreso, emigran tempranamente buscando su válvula de escape en otros núcleos poblados. Esto ocurre también en menor grado con los varones, pero esa falta de posibilidades locales nunca generaron tensiones. Sin embargo, a pesar de no evidenciarse en la sociabilidad, diferencia de clases, pues entre todos hay un mutuo respeto, ocurren casos de retraimiento, no de resentimientos, y algunos se automarginan por timidez. Echamos la culpa a la economía política para hacer en los papeles una diferenciación que es más bien económica.

8. 1. Clases Sociales. Hay un estrato de la población que no logra superar los índices óptimos o aceptables en materia de nivel general de vivienda, frecuencia de viajes fuera de la localidad, instrucción e ingresos, porque la economía regional no da para más. Todos ellos se estratifican y la tendencia gregaria tiende a agruparlos. De ahí proviene la formaci6n del barrio que tuvo su auge en décadas anteriores y que nosotros diferenciamos netamente de las villas ciudadanas en una semblanza que hicimos del pintor Gambartes (26). En la ranchada no hay grados límites de pobreza; simplemente forman una clase diferenciada por su instalación en el ámbito urbano, pero en sus formas de ser, conversación, higiene, educación y cultura no suele diferir del resto de los pobladores. No podemos calificar con un nombre específico a esta clase. Diremos solamente que forman estrato inferior que no es la “clase baja” que algunos adjudican peyorativamente. Quien observa desde afuera, sin conocer el espíritu de la gente no puede opinar que esos caseríos sean depresivos. Hay un estrato medio, poco numeroso, de empleados públicos, pequeños comerciantes y agricultores que puede confundirse con un estrato superior que en nuestro caso no existe.

8. 2. Sociabilidad. Desde los albores de la organización administrativa del poblado siempre existió un visible grado de sociabilidad. Diríamos que esta sociabilidad nace por un principio de solidaridad entre los habitantes para una defensa mutua de su estilo de vida y de la propia supervivencia. Alejados de todo signo de protección, a saber, protección sanitaria, protección policial, protección contra desastres (crecientes, tormentas, invasiones de plagas, etc.) los habitantes siempre buscaron la amistad solidaria y de ahí viene el sentimiento de sociabilidad. ¿Cómo se manifiesta esta tendencia? Concurriendo a los lugares públicos, formando clubes y asociaciones, o buscando la recreación en los festejos.

a) Lugares de Esparcimiento Públicos. Siempre los hubo en mayor o menor cantidad, conocidos cono “boliches”. Fueron el lugar primario de reunión para debatir y comentar las cuestiones del pueblo y los dichos corrientes y sentar las críticas y las opiniones de todo orden. Quienes allí pasaban sus momentos de descanso cultivaban la sociabilidad a su manera, y sin quererlo practicaban una especie de deliberación democrática, aunque a veces se dirimían las opiniones a punta de cuchillo como consecuencia del uso y abuso de las bebidas espirituosas. Eran lugares de esparcimiento con gran afluencia, las carreras cuadreras, los partidos de pelota en los frontones, los partidos de foot-ball y los juegos de bochas.

b) Clubes y Asociaciones. Tenemos una prueba fehaciente del sentimiento de sociabilidad existente. Ya en el año 1907 en la creación de la Sociedad Recreativa Juventud Unida fundada el 11 de agosto de 1907, cuyos fundadores mantuvieron hasta sus últimos años esos principios. En 1922 se funda una institución deportiva, el “Sebastián Gaboto F.C.” cuya trayectoria señala hasta nuestros días la tendencia de los habitantes a agruparse. Esa tendencia da lugar al nacimiento en 1927 de otro Club deportivo, el “Riberas del Paraná” que sobrevivió una década. En el año 1921, en la marcha ascencional de las actividades locales se agrega una institución llamada “Club Social Radio”. Surgida con motivo del nacimiento de la radiotelefonía y cuyo objeto era la de organizar reuniones danzantes en su local social (Castellanos y Santa Teresa) amenizadas con un primitivo aparato receptor fabricado en la localidad y del que toda la población estaba orgullosa. Tuvo Puerto Gaboto el honor de contar con este curioso e insólito club y de ser esta localidad una de las primeras que usaron la radiotelefonía para ese fin. Esta institución fue promovida por el jefe de Correos don José Antonio Soler uno de los primeros técnicos en radio de la época (español). Ultimarnente se han agregado a la nómina de clubes y asociaciones el Club Deportivo Gaboto y la Peña Folklórica Lucía Miranda, esta última para difundir la tradición y la belleza de nuestro folklore.

e) Recreación mediante Fiestas. Siempre existió alguna excusa para hacer sociabilidad,y entre ellas la más resaltante eran los velorios (velatorios de angelitos). Por muchos años constituyeron la base de una *vida social intensa en los ranchos de la que participaban todos los estratos de la población. En nuestro libro “Puerto ‘ Gaboto” hacemos águnos relatos sobre el particular. En definitiva, con lo expuesto, podemos advertir el porqué decimos al principio que la sociedad urbana de Puerto Gaboto fue muy característica y perdura en su trasfondo.


9. DINAMICA CULTURAL

Si entendemos la cultura en sentido figurado como el resultado o efecto de cultivar los conocimientos humanos y de afinar por medio del ejercicio las facultades intelectuales del hombre podemos agrupar en Puerto Gaboto, tímidamente, muy pocas de sus manifestaciones. Pero si entramos en el terreno sociológico calificando a la cultura como el conjunto de las manifestaciones de la vida intelectual de un pueblo o una época, en que están conprendidos la religión, el arte, la literatura, etc. lamentablemente muy poco podemos decir. Ensayaremos pasar revista por algunas de las públicas exteriorizaciones del movimiento cultural, que no nos atrevemos a calificar como dinámico, sino simplemente como expresivo de un desenvolvimiento social muy refrenado.

9. 1. Artesanías. El medio en que se desenvolvieron y desenvuelven en Puerto Gaboto hubiese sido propicio para algún tipo de artesanías, pues sabemos que sus antiguos antecesores indígenas sabían trabajar bien la cerámica, por ejemplo. Sin embargo, con motivo del aislamiento en que se vivió durante tantos años, no aparecieron artesanos que pudieran formarse como consecuencia de una falta de interés de compradores de la producción, que les hubiese obligado a realizar estas labores. Acaso, en lo futuro, con un movimiento amplio de visitantes pudientes pudiera lograrse que alguien con especial dedicación ejercitara este oficio. Hablando de los trabajos en madera, hubo cierto grado de perfeccionamiento en la fabricación de sillas y sillones de madera blanda (sauce) y en menos escala de mimbre, que lograron cierta notoriedad en los alrededores y en las ciudades cercanas. en especial por el trabajo artesanal de los asientos y respaldos de paja, pero también esta actividad ha sucumbido por falta de estímulo. Igual cosa podemos decirede los trabajos aplicados efl la confección de cortinas de paja y de esteras y también en unas pantallas para abanicarse, unos modelos de mesitas de caña y la preparación de porongos para cebar mate que tuvieron difusión a principio de siglo.

9. 2. Artes. No se han producido manifestaciones de este tipo, porque no hubo los medios de cultivo y si existió alguna expresión lo fue en forma espontánea, por propia inspiración o fantasía. Las bellas artes, rubro en el que hay mayor amplitud para dar cabida a la expresión de lo invisible mediante lo material, y que comprende a la arquitectura, la escultura, la pintura, la poesía, la música y el baile, no lograron cautivar a los gaboteros a excepción de algunos artistas que se inspiraron en el paisaje y las costumbres cono Juan de Dios Mena, autóctono (27) y Leónidas Gambartes, visitante (28). La arquitectura tuvo algunas expresiones que veremos en el capítulo correspondiente y junto con ella el arte decorativo se mostró en algún embellecimiento de edificios. No podría calificarse concretamente de arte escénico, pero en un breve período funcionó un centro filodramático que hizo sus presentaciones en el galpón de los viejos saladeros en los años 1925 – 1928 de varias obras gauchescas (29). Fue un grupo vocacional de jóvenes de la localidad.

9. 3. Ciencias. Las disciplinas científicas han estado ausentes no obstante existir un amplio campo natural para la investigacíón y haber recibido el ejemplo de grandes científicos que visitaron el lugar como Féliz de Azara (30) Tomas Falkner y Charles Darwin (31).

9. 4. Educación. Durante muchos años la educación estuvo descuidada por falta de posibilidades tanto de parte de los gobiernos como de los propios educandos. Quienes hayan convivido en los tiempos en que la difusión escolar hubiera sido más propicia, es decir, en la época de oro o de abundancia, comprenderán fácilmente los obstáculos que se oponían a la educación. De parte del Estado, conocemos que éste era moroso en pagar los sueldos de los maestros (has Í ta un año de atraso); que los maestros diplomados’ eran pocos; que al venir de otras zonas no tenían alojamiento en el pueblo y que el lugar era inhóspito por falta de servicios públicos, especialmente de iluminación eléctrica.
El material para educar, los alumnos, gran pocos por la deserción escolar provocada por la necesidad que te’ían los pequeños de trabajar y de ese modo sólo se podían completar muy pocos grados. Hasta casi 1930 funcionaban el primero infantil, primero superior, segundo y tercero. Había una sola escuela, la fiscal Nº 292, donde dicho sea de paso hicimos los primeros grados gracias a la enseñanza impartida por maestras sin título, verdaderos apóstoles de la educación (32). Luego se agregaron los grados faltantes y se instalaron centros de enseñanza como el Jardín de Infantes Nº 16, el Centro de Capacitación Laboral Nº 14, la Escuela Técnica y una Escuela Rural. Este esfuerzo educativo vino a llenar una gran necesidad en la población. En materia de cultura física debl señalarse que ella se cumple en los establecimientos educacionales y en los clubes deportivos, en estos últimos, mediante el ejercicio de deportes populares. La difusión literaria no se encuentra estimulado con el funcionamiento de bibliotecas públicas, que no existen.


10. RESEÑA HISTORICA Y DESCRIPCION DE EDIFICIOS MONUMENTOS Y LUGARES HISTORICOS

A través de la exposición de los incisos anteriores hemos dado un ligero panorama histórico de la localidad y no insistirnos en lo mismo debido a que la historia de Sancti Spíritus es asaz conocida por tratarse de un tema nacional que rebasa los límites locales y puede estudiiarse cualquier texto de historia, aunque algunos de ellos los tratan incidetal y superficialmente.

a) Monumentos y Lugares Históricos. A pesar de la importancia que el lugar reviste como primera población de la República Argentina, los gobiernos poco se han preocupado de ponerlo en el lugar que le corresponde y darle un Monumento/Museo digno a su jerarquía tradicional como lo sería la resconstrucción del glorioso fuerte Sancti Spíritus. La presencia del destruído fuerte se hizo notar inicialmente por un monolito instalado en la confluencia de los ríos Carcarañá y Coronda, en un lugar de permanente anegamiento e inundación. Fue construído en el año 1942 por el Ministerio de Obras Públicas de la Nación. A poco de crearse la Comisión Nacional de Museos y de Monumentos y lugares históricos, por ley 12665 del 30 de setiembre de 1940, este organismo, del que se esperaba una dinámica especial para resolver las prioridades y postergaciones históricas preparó el decreto 112765, dictado por el P.E.N. el 4 de febrero de 1942 declarando lugar histórico al Fuerte de Sancti Spíritus, primera fundación española en la Comarca del Río de la Plara. Según dictámenes de la Academia Nacional de la Historia de fechas 20 de mayo de 1982 y 13 de julio de 1982, toda la alameda sobre el río Carcarañá, es el sitio donde realmente estuvo instalado el fuerte de Sancti Spíritus.
En este momento, sabemos cuál es el lugar histórico. Esperamos las correcciones oficiales o los decretos declaratorios. Entretanto, en Puerto Gaboto no tenemos concretamente ni monumentos ni lugares históricos, lo que es sumamente triste y lamentable. Recuerda al gran navegante veneciano un busto existente en la plaza pública. Dentro del salón de fiestas del Club Sebastián Gaboto existe otro busto del conquistador, al pie del cual la Institución rinde sus homenajes en las fechas celebratorias. En la plaza pública se han erigido algunas estatuas representando al General don José de San Martín, al almirante Brown y a la Madre, todas de factura standard.

b) Edificios. En los comentarios periodísticos siempre se deja constancia del antiguo esplendor de la localidad y no se olvidan de mencionar la construcción en aquel entonces de casonas que ahora. en estado ruinoso subsisten, pero que son los testigos mudos de una esperanza frustrada. Dejemos a los especialistas que nos ilustren sobre ellas.
Podemos referir sólo algunos comentarios: La residencia de don Melitón Gómez, situada en la calle Castellanos, se edificó para albergar familia numerosa con gran patio al frente con verja y balustrada. Una idea de la superficie cubierta la da el hecho que durante mucho tiempo fue ocupada por la escuela 292. La casa de don Belisario Zabala, en calle Paganini se caracterizó por su frente en el que se destacan las ventanas con sus rejas de hierro, verdadera obra de artesanía artística. Otro edificio digno de mención es el de Toribia Mercau de Zabala erigido en la calle Gómez planeado con gran optimismo, ya que fueron previstos tres balcones a la calle. Dichos balcones en un tiempo, fueron depredados y sustituídos por otros construídos en forma grosera. Los originales seguían la línea arquitectónica del edificio. En la calle Paganini con Francisco Caballero levantó su residencia, de gran amplitud. Sigue el criterio empleado para trazar la vivienda de Melitón Gómez es decir, gran paio al frente con verja y pilares de puerta de entrada coronado por dos leones, detalle que se repite en las entradas latera!es internas del patio al pie de las escalinatas. Grandes salas para albergar muchos de familia dan la pauta de su gran capacidad, ya que el conjunto de la vieja casona sirvió para contener dependencias provinciales, la comisaría de policía y el Juzgado de Paz, además de ser sede de la Comisión de Fomento, hasta su mudanza al nuevo edificio. Finalmente, de lo rescatable fotográficamente tenemos en la calle La Torre, la casa que fue de don Gabriel Lacumberri. Esta construcción tiene la curiosa particularidad que es de planta baja y piso alto.



Residencia de don Gabriel Lacumberri.



Residencia de don Francisco Caballero. Dió cabida posteriormente al Centro Cívico de la localidad.



Residencia de doña Toribia Mercau de Zabala.



Residencia de don Belisario Zabala.


10. 1. Ecología Urbana. La influencia del medio en la población ha tenido siempre su ascendiente en el género de vida de su gente. Desde los tiempos de Gaboto y de Mendoza esta influencia fue decisiva, especialmente para los primeros navegantes que gozaron del valimiento de la alimentación, del clima y del suelo que los restableció biológicamente la vida sin lucha por la subsistencia debido a la abundancia de medios de consumo y el mantenimiento de un estado sanitario natural que hacía olvidar las necesidades médicas quizás haya sido una de las causa, del desarrollo de una vida local bucólica que se hizo estática y contraria al progreso, por ser causa de pereza o de indolencia. La influencia de las plantas en el ambiente se mantiene desde siglos. Recuérdese que Luis Ramírez, decía que el lugar de Sancti Spíritus era de poca arboleda. Es decir, que nunca fue boscoso. En cuanto a los animales, ahí sí podemos asegurar que se cumplió un largo proceso de equilibrio ecológico; pues sin lugar a duda tuvimos en el lugar una cadena alimenticia animal de devoramiento recíproco sin que el hombre tuviese necesidad de introducir nuevos elementos animales para restablecer dicho equilibrio en el caso de que se hubiese alterado. En nuestra obra “Puerto Gaboto – La Historia Argentina comienza en 1527”, hacemos una relación inconexa de este proceso, que a la fecha no ocasiona inconvenientes. Empero, en materia de peces, posiblemente se haya experimentado variantes con algunas especies y el único avance que va cediendo, no por disposición natural sino por medios artificiales es la proliferación de mosquitos y Jejenes procedentes de las islas. Sin poder precisar el antecedente, tenemos información de que hace una treintena de años se trató de hacer en las islas una reservación animal natural con la introducción de nuevas especies que no se asimilaron ni integraron al ambiente.

10. 2. Pasado y Prospectiva.
a) Pasado. De lo expuesto se pueden inferir ciertas conclusiones, con respecto al tiempo pasado. Puerto Gaboto ha sido un centro urbano de altibajos permanentes desde sus orígenes. Pueblo de indios algunas veces, pueblo de cristianos otras. Con los indios tuvimos períodos mansos y de barbarie. Con los cristianos, hubo lapsos de esperanza y nada más, pues la economía siempre se basó en el trabajo indígena (misiones y reducciones). Cuando surge definido el elemento criollo comienzan etapas de progreso; pero éste no sabe lo que quiere. Busca primero la explotación fácil de los saladeros con el aprovechamiento del cuero animal, mientras desperdicia todo el resto. Cuando desaparece la demanda no está preparado para la conversión de la industria y abandona la explotación. La intensificación de la caza enriquece al lugar con la exportación de cueros salvajes hasta que los conflictos internacionales quiebran los mercados. La labor es exclusivamente depredadora. La riqueza ictícola sigue el mismo camino. Mientras la tecnología exige grasa y aceite de pescado la industria marcha; cuando cambia, no se ha hecho nada perdurable y se pasa a otra cosa. Una persona de origen extranjero, el señor Arturo Stroickert quiso restablecer la vieja actividad de la industrialización del pescado con una fábrica de guano y aceite, que también desaparece en la década del 30. El trabajo portuario subsiste mientras lo quieren los gobiernos. Se habla de la reactivación del puerto. Yo diría de la reinstalación del puerto. El desmantelamiento inconsulto de las playas ferroviarias y el levantarniento del ramal Maciel – Puerto Gaboto, fue el entierro de la labor portuaria. Si se hubiese mantenido la estructura ferroviaria, el puerto gabotero hubiese sido un candidato firme para la instalación de la zona franca de Bolivia, que finalmente fue a caer en el puerto de Rosario. En otro orden de emprendimiento, faltó la agresividad local, pues el negocio estuvo en manos de empresas multinacionales (Louis Dreyfus por ejemplo) que no estimaron rentable defenderlo.
Cuando se terminan algunas explotaciones, llegan los arrozales que en una quincena de años se abandonaron. El signo es la imprevisión, la inconstancia y la precariedad. De ahí resulta un pasado infructuoso para la economía local.

b) Prospectiva. Por ahora se evidencia un solo camino, que puede ser el permanente. Hace ya más de una década que se está luchando firmemente por la construcción del Monumento/Museo Representativo Fuerte Sancti Spíritus. Entretanto las finanzas comunales se van alimentando con los recursos de lo poco que queda en el ámbito comercial de aquel pasado esplendor y con el funcionamiento de un lugar de esparcimiento sobre el río Coronda que aporta a la localidad el miniturismo de una vasta zona de influencia. A Puerto Gaboto se le fue todo; pero le quedó el paisaje y el río. Para mantener esta corriente de visitantes, algunos empresarios han instalado comedores típicos donde se sirve exclusivamente pescado de río. Este negocio gastronómico trae mucha gente, tanto en invierno como en verano, gente que algo deja en beneficio del pueblo. El miniturismo del camping se incrementa en la temporada estival y de vacaciones; es estacional. Para conservarlo aunque sea por meses es menester dar comodidades y a la vez cuidar bien el camino de acceso. Por otra parte, la atracción no es segura, pues algunas localidades vecinas también se convierten en centro de atracción de veraneantes ofreciendo infraestructuras en campamentos y balnearios. Hay sólo un medio positivo de asegurar, como decimos al principio, una corriente permanente de turistas, en un orden nacional, compuesto por todo tipo de visitantes, ya sean turistas clásicos, patriotas como los que en medio oriente van una vez a la vida a la Meca o corrientes culturales que buscan la didáctica de los Monumentos y Museos nacionales.
La solución está prevista. Existe el lugar histórico: el terreno es fiscal, se cuenta con el proyecto para la construcción del Monumento/Museo Representativo Fuerte Sancti Spíritus elaborado pacientemente de acuerdo a las referencias históricas.

Fuera de esto la provisión de un puente sobre el río Carcarañá que sirva de acceso sur desde San Lorenzo, cortando camino por el Rincón de Grondona y que puede ser el antiguo puente de hierro sin aplicación actual sobre la ruta 11. Además las calles radiales que llevan al centro del poblado empalmando con la ruta de ingreso que viene de Maciel y -una reglamentación urbana que embellezca los aledaños del complejo y prohiba el desarrollo desordenado del núcleo comercial que pueda generarse en los alrededores y que contemple la altura de posibles edificaciones residenciales y hoteles.


11. LA DOCUMENTACION URBANA DE VALOR HISTORICO

Hubiese sido interesante contar con los documentos, planos y otras referencias relacionadas con el desarrollo urbano que, aunque imperfecta y desordenada, nos hubiese servido para ser utilizada con criterio histórico y crítico. No la encontramos oficialmente en ninguna parte en la localidad.

11. 1. Estado Actual de su Preservación en Archivos y Colecciones Privadas. El pensamiento nos guía que, para estudiar esta materia, nos deberíamos servir de elementos municipales. Sin embargo, en los sucesivos gobiernos comunales no se ha seguido un criterio de preservación sino de depredación. Acaso ello se haya debido a una falta de espacio, a la ausencia de un método de catalogación o simplemente a la mentalidad de los sucesivos titulares, que entendieron beneficiar las arcas fiscales con la venta de los archivos. Queda pues el recurso de los archivos provinciales, situados a la distancia en la Capital de la provincia o en la ciudad de Rosario, alternativamente, en distintos períodos. Se nos informa que no hay mapas antes de 1914 en él archivo de la provincia en Santa Fe. En cuanto a las colecciones privadas, no hay persona que haya tenido la inquietud de recolectar documentos históricos. Retraídamente, existen dos personas de nuestro conocimiento, que cuentan con algunas piezas interesantes y que dan un pálido y desvaído conocimiento de la cuestión urbana. Ellos son los señores Jairne Jubany domiciliado en Puerto Gaboto y el señor José Tartaletti en Maciel, quienes algo poseen sin la pretensión de que sean colecciones. En otro orden, ya que las piezas reunidas eran objetos, hubo en la localidad un Jefe de Correos, el señor Héctor Perrino que trató de formalizar una museo lugareño el que fue habilitado y tuvo poca vida. Por traslado del funcionario, la colección fue llevada a San Lorenzo donde el señor Perrino falleció, ignorándose el destino que tuvo su modesta colección. Otra persona que supo contar con algunas piezas interesantes fue el señor Silvio Davolio quien las donó al Museo de Luján, donde éstas desaparecieron según constancias obrantes en la Asociación de Promoción Comunitaria de Puerto Gaboto.

11. 2. Su Ordenamiento y Clasificación. A pesar de que se ha perdido buena parte de los antecedentes valiosos que hacen a la historia urbana, todavía se pueden, encarar trabajos de búsqueda e investigación. El motivo principal sería ordenarlos y clasificarlos para ser exhibidos y conservados en el Pabellón de las Fundaciones, futuro Museo del Fuerte, en el departamento del mismo destinado a la historia local. Ello exigirá un gran esfuerzo pues la recopilación debe hacerse en los registros santafesinos y de los tribunales ordinarios de Rosario, en las Direcciones Generales de las Reparticiones que tuvieron asiento en Gaboto como la de Correos y Telégrafos, Ferrocarriles, Aduana, Subprefectura Marítima, etc., en el obispado de Paraná de donde dependía nuestra parroquia y en el Convento de San Lorenzo respecto del tiempo en que la atendían los franciscanos. Con un trabajo de esta naturaleza, agregado al aporte privado de muchas personas o familias de personas que vivieron en Puerto Gaboto. se podría recrear la historia urbana del pueblo, mejorando en un inmenso porcentaje a este modesto trabajo que hemos hecho con humildad y en un tiempo demasiado breve para no perder la oportunidad de difundir la presencia de Puerto Gaboto, en el Congreso de Historia Urbana del Pago de los Arroyos.


NOTAS

(1) La denominación oficial es “Gaboto” No obstante seguimos designando a la localidad como “Puerto Gaboto” por razones afectivas y por tenerla esperanza de que algún día se restituya el puerto. Así lo señalamos en “Los 823 días del Fuerte, Sancti Spíritus” pág. 263.
(2) Giannone, Carlos. En conferencia pronunciada el 18/7/83 en la Asociación Católica San Patricio de Rosario bajo el título “La Pampa, el pago, los hombres”.
(3) Carrasco, Eudoro y Gabriel. “Anales de la ciudad de Rosario”.
(4) Soler, Amadeo Pelayo. “Los Gloriosos Huéspedes de Puerto Gaboto” Rosario 1982, pág. 301.
(5) Soler, Amadeo Pelayo. “Los 823 días del Fuerte Sancti Spíritus” Rosario 1981, pág. 37
(6) Ibidem. pág. 235
(7) “Puerto Gaboto. Macondo, a una legua de Rosario” en Revista “Boom” Rosario, enero 1969, pág. 41.
(8) Soler, Amadeo Pelayo. “Puerto Gaboto – La Historia Argentina Comienza en 1527” Rosario, 1980, pág. 185.
(9) Soler, Amadeo Pelayo “Los Gloriosos Huéspedes de Puerto Gaboto” pág. 335.
(10) Soler, Amadeo Pelayo.”Los 823 días del Fuerte de Sancti Spíritus”, pág. 8
(11) Soler, Arnadeo Petayo. ‘Los Gloriosos Huéspedes de Puerto Gaboto“ pág. 167
(12) Soler, Amadeo Pelayo “Los 823 días del Fuerte Sancti Spíritus” pág. 19
(13) Soler, Amadeo Pelayo ‘Puerto Gaboto – La Historia Argentina Comienza en l527” pág. 19
(14) Soler, Amadeo Pelayo “Los 823 días del Fuerte Sancti Spíritus” pág. 254.
(15) Ibidem, pág. 256
(16) Jubany, Jaime. José A. Tartaletti y Felipe Reinaldo Zabala.
(17) Ensink, Oscar Luis. “Ferrocarril de Santa Fe a las Colonias” en diario La Capital, Rosario 25/7/1979.
(18) Revista “Boorn” citada pág. 42.
(19) Secretaría de Comunicaciones – Dpto. de Relaciones Públicas, Nota Nº 3 RP R/73 del 31/1211973.
(20) Soler, Amadeo Pelayo “Puerto Gaboto – La Historia Argentina Comienza en 1527” pág.101
(21) Ibidem, pág. 16
(22) Guía de la provincia de San ta Fe – Edición 1931, pág. 1431.
(23) Departamento de Extensión Universitaria del Litoral. Prograrna de desarrollo de la Comunidad. Organización de una cooperativa de pescadores (estudio inédito).
(24) Revista “Boom” citada, pág. 42.
(25) Soler, Amadeo Pelayo. “Puerto Gaboto – La Historia Argentina Comienza en 1527” pág. 139
(26) Soler, Amadeo Pelayo “Los Gloriosos Huéspedes de Puerto Gaboto” Rosario 1982 – pág. 327
(27) Ibidem pág. 335
(28) Ibidem pág. 327
(29) Revista “Podemos“ Nº 4 – Gaboto 25/9/1982.
(30) Soler, Amadeo Pelayo. “Los Gloriosos Huéspedes de Puerto Gaboto” pág. 275
(31) Ibidem pág. 279


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